• 13 de mayo de 2022

La trama para salvar de la quiebra a Dilexis

La trama para salvar de la quiebra a Dilexis

Junto con Dilexis, corren peligro Tía Maruca y el principal accionista de ambas, Alejandro Ripani. El martes 10 venció el plazo para presentar acuerdos con los acreedores.

Los 350 empleados que cumplen tareas en la fábrica de galletitas Dilexis, hoy una de las plantas de Tía Maruca, vivieron horas de angustia por el futuro de la empresa. El tema es más grave todavía porque también se juega el futuro Tía Maruca y del principal accionista de ambas, Alejandro Ripani.

El martes venció el plazo para la presentación de conformidades -acuerdos de pagos- de los acreedores que están dentro del concurso abierto en noviembre de 2019 por el juez del juzgado Comercial Especial, Javier Vázquez. Es que como los activos y pasivos no están fusionados, la suerte que pueda correr cada uno es independiente.

En medio de este panorama, estaba una ejecución hipotecaria en favor del Banco San Juan a la que solo restaba designarle fecha de remate. Era por un monto de 622 millones de pesos de base por el inmueble de la fábrica ubicada en Albardón. Fuentes judiciales indicaron que el estudio de Arabel Trucco y asociados será el encargado de la subasta del bien.

El levantamiento de la hipoteca es secundario si no se resuelve la situación concursal dado que, si Dilexis no logra acordar con los acreedores, se declararía la quiebra indirecta, atravesaría un período de salvataje de 90 días, tras lo cual, de no resultar fructífero, se ordenaría el remate de los bienes.

El lunes 9 de mayo, se desinteresó al Banco San Juan por el crédito hipotecario y esto permitió, en principio, que consigan las mayorías necesarias para evitar la quiebra. 

No trascendió el nombre de quién levantó la hipoteca, aunque informaciones no oficiales apuntaban a que DIA (Distribuidora Internacional de Alimentos), sería quien levantó la hipoteca. DIA tiene sede en Madrid y fabrica distintos productos, que en el caso de Dilexis, aseguraría la producción de la planta.

En manos del juez

Dentro de las primeras horas del martes 10, los abogados de la firma presentaron un escrito ante el Juzgado Comercial revelando que se habían alcanzado en los tres casos concursados –Tía Maruca, Dilexis y Alejandro Ripani- más de los dos tercios necesarios para evitar que se decreten las quiebras.

Ahora el juez deberá correr traslado al síndico de las presentaciones de los acuerdos, verificar que estén las formalidades, realizar el informe del cómputo de las conformidades. Si esto cumple con las exigencias de la ley, el magistrado emitirá una resolución declarando la existencia de acuerdo y corren cinco días para presentación de impugnaciones.

Si no se alcanza un acuerdo, la quiebra sería indirecta para Tía Maruca y Dilexis, es decir que tendrían un período de salvataje, pero a Alejandro Ripani se le decretaría la quiebra personal.

Potencial

La planta de Dilexis tiene 22 mil m2 y una capacidad de producción de 3 mil toneladas de galletitas al mes. Para tener idea, Tía Maruca en sus dos fábricas -Luján y Chascomús- produce 800 toneladas al mes. Solo en San Juan,  tiene 350 empleados. En el 2020, con pandemia, la firma facturó 2 mil millones de pesos, contra 1.200 millones del 2019.

La historia de la planta

El 1 de abril de 2017 Tía Maruca se hizo cargo de tras seis años de estar en manos de PepsiCo, que hoy tiene el 30% de las acreencias de la fábrica de galletitas. En 46 años de existencia, la empresa tuvo altibajos y pasó momentos de incertidumbre hasta el 2003.

En 1980, pasó la quiebra del grupo SASETRU (Jorge Salimei –padre-, Ángel Seitún y Fermín Trucco Aguinaga), los primeros dueños, producto de una deuda de 500 millones de dólares. Esa deuda es hoy investigada por la Justicia Federal como un delito económico de lesa humanidad.

SASETRU era la principal productora de alimentos del país con más de 10 mil empleados, diez establecimientos fabriles y presencia en ciudades de Europa y América que la consolidaron como la primera multinacional argentina.

Con el retorno de la democracia, el exgobernador Leopoldo Bravo le arrancó al expresidente Raúl Alfonsín la promesa de apoyo, dos subsidios importantes, pero al final los subsidios fueron entregados a otras dos fábricas y no a SASETRU.

También quedó en promesa el apoyo del presidente Carlos Menem, durante el gobierno de Jorge Escobar. En 1997 Dilexis adquiere la firma en 4,5 millones de dólares, pero fue recién en el año 2002 cuando la empresa obtuvo los beneficios de la Promoción Industrial y un año después, comenzó a funcionar. Para el primer envío vino el expresidente Néstor Kirchner, quien estuvo acompañado por el  gobernador José Luis Gioja.

En el 2011 la fábrica fue adquirida por PepsiCo y en el 2017 por Tía Maruca.

El principal escollo

Por subsidios o leyes promocionales es la forma en que un establecimiento fabril puede funcionar en San Juan con condiciones de competitividad. Logística y transporte hacen que sea imposible competir en igualdad de condiciones. Esa fue la idea que dio vida a la Ley de Promoción Industrial y con la cual en el 2002 Dilexis pudo beneficiarse para reiniciar tareas un año después.

Cuando a Alejandro Ripani, se le preguntó sobre cómo hacer viable la planta, no dudó en contestar que “hicimos una gran reconversión en el seteo de producción. Con PepsiCo, la planta hacía productos de alto valor agregado. Nosotros pasamos a una estrategia de value, más masiva”.

Cómo llega Ripani a comprar Dilexis

Tía Maruca, la productora de galletitas que había fundado Alejandro Ripani en el 2000, buscaba ampliar su portfolio. Había quedado afuera de la compulsa por Dilexis, fábrica sanjuanina que PepsiCo tenía en venta, y decidió embarcarse en dos proyectos para su planta de Luján: una línea de snacks y otra de batidos.

Sin embargo, el comprador de Dilexis se cayó y PepsiCo, que había adquirido Dilexis en U$S 36 millones y le inyectó otros U$S 30 millones entre 2015 y 2016, le avisó que él podía hacer la compra, que se concretó en 2017. Nunca se difundió el monto, pero el activo era de 97,4 millones de pesos, unos U$S 7 millones de ese momento.