• 7 de julio de 2023

Marcelo Orrego, el gobernador electo que marcará un cambio de época

Marcelo Orrego, el gobernador electo que marcará un cambio de época

Atrás quedarán 20 años ininterrumpidos de peronismo. Cómo gobernar sin legislatura y sin intendentes afines. El gabinete y el consenso con los aliados. La clave: el próximo presidente.

El resultado electoral del domingo 2 de julio marca el final de una época que estuvo signada por 20 años de gobierno peronista de forma ininterrumpida. Esta época empezó con la llegada de José Luis Gioja a al gobernación en el 2003. Pero también se puede ir más atrás, y salvo el período 1999-2003 que estuvo gobernado por la Alianza, debemos hablar de 28 años de gobiernos peronistas. El domingo, a través de las urnas, un apellido con historia dentro del peronismo sacó del poder al peronismo.

Marcelo Orrego, que empezó en política de la mano de Roberto Basualdo, les ganó la elección a los dos máximos referentes del justicialismo de los últimos veinte años, José Luis Gioja y Sergio Uñac. Cuando se van a cumplir cuarenta años de democracia ininterrumpida en el país, las elecciones en la provincia fueron las más atípicas de la historia: la Corte Suprema suspendió el comicio para gobernador y vice a cinco días de concretarse el acto electoral, días más tarde vetó la candidatura de Sergio Uñac y en cuatro días debió sacarse un candidato de la galera. El resultado final fue totalmente opuesto a lo que se había votado cuarenta y cinco días antes, donde el oficialismo gobernante se había impuesto. Fue el primer triunfo genuino de Juntos por el Cambio, pero además se rompió la regla que imperaba hasta el momento: en todas las elecciones se habían impuestos los oficialismos en las provincias.

El desafío que se presenta para Marcelo Orrego es gobernar con 15 municipios de los 19 de otro color político y una oposición con quorum propio para imponer leyes. Y a este despropósito de disociación entre la cabeza del Poder Ejecutivo y el resto de la provincia se dio por imperio de una ley electoral cuestionada, una candidatura que terminó siendo inválida, un manejo caprichoso y dañino de los tiempos por parte de la Corte Suprema y un Tribunal Electoral que no se animó a que impere la legislación local y anular totalmente el acto comicial del pasado 14 de mayo.

Esta fue la imagen que recorrió los medios del país, tras el triunfo de Orrego.
Orrego había cerrado su campaña con una caravana.

El resultado del domingo también abre un profundo debate dentro del justicialismo sobre un nuevo modelo de conducción con nuevos actores, evidentemente. Pero previo a ello, hay que ver qué dirá el electorado en las PASO del 13 de agosto, cuando se enfrenten como precandidatos a la senaduría Sergio Uñac y Juan Carlos Gioja, interna que el actual gobernador no puede darse el lujo de perder y para lo que tendrá que poner toda la carne a la parrilla para no terminar al horno.

Gobernar con todo en contra

Evidentemente que, si Horacio Rodríguez Larreta gana las PASO en Juntos por el Cambio y luego se consagra presidente de los argentinos, para Marcelo Orrego será el gran respaldo para contrapesar la legislatura en contra y 14 de los 19 municipios. No obstante, no será el primero que gobernará con un panorama no del todo a favor. Le pasó en el año 1987 a Carlos Gómez centurión, en el período 1994-1995 a Jorge Escobar, a Alfredo Avelín en el período 1999-2002, cuando debieron generar consensos. A unos les fue bien, a otros no tanto. Incluso al propio Sergio Uñac le tocó complicado en el primer mandato, cuando el presidente era Mauricio Macri.

A lo largo de estos años el justicialismo nombró personal en la administración pública, designó jueces y fiscales, fue reemplazando los estamentos intermedios de la administración pública que en otros tiempos supo copar el bloquismo, que gobernó entre 1983 y 1991.

Como atenuante a lo expuesto, tener legislatura en minoría e intentes, en el otro extremo de la balanza deberá, ponerse el hecho de que Marcelo Orrego solo alcanzó casi la mitad de los votos, porcentaje que se supera en la sumatoria con el resto de las fuerzas del frente Unidos por San Juan. A esto también, en teoría, debería tenerlo en cuenta San Juan con Todos a la hora de ser oposición.

El mismo domingo por la tarde arribaron a San Juan, Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lusteau.
Marcelo Orrego les ganó la elección a los dos máximos referentes del justicialismo de los últimos veinte años.

La impronta de Orrego

El actual diputado nacional ya dio algunas pautas de cómo podría ser su gobernación: voy a gobernar con los intendentes del PJ como si fueran de mi color político.  No es una definición menor, toda vez que, si logra el entendimiento con esos 15 jefes comunales, ellos mismos se encargarán de encaminar el rumbo de la legislatura. Dicho de otra forma, en la medida que fondos para obras en las comunas lleguen sin retaceos, los votos en la legislatura para proyectos claves aparecerán.

También el electo gobernador tuvo otra definición: no vengo a cogobernar con nadie, confío en quien está gobernando que no tomará decisiones irresponsables. Esta fue la respuesta cuando se le consultó sobre si aceptaría participar de la paritaria con los gremios para una recomposición salarial.

El gabinete y el consenso interno

La primera prueba de cómo será la relación con sus socios será la integración del gabinete. Haber ganado sin la necesidad de los votos de las otras tres subagrupaciones es el macho de espada que tendrá en la manga.

La personalidad de Orrego lleva a pensar que a las áreas claves estarán manejadas por personas de su extrema confianza: Salud, Seguridad, Educación, Hacienda, Obras. Difícilmente aparezcan en esas carteras nombres que no provengan del orreguismo. La negociación con el resto de las fuerzas estará dada a partir de las segundas líneas, secretarías, subsecretarías, direcciones y subdirecciones, tendrán nombres de personas que provengan del sector de Marcelo Arancibia, Sergio Vallejos o, tal vez, de Eduardo Cáceres. Este último estará atado al resultado electoral nacional: si la PASO la gana Rodríguez Larreta, no tendrá muchas chances.

 En las redes, Orrego posteó una foto con el vicegobernador electo, Fabián Martín, el día del triunfo.
Orrego votó el pasado domingo, bien temprano.