• 2 de junio de 2023

El testimonio de las madres de las víctimas

El testimonio de las madres de las víctimas

Los relatos de Sandra Olivares, Paula Morales y Laura Requena muestran cómo estas mamás sobrellevan el duelo, qué piensan de la justicia, qué las motiva para seguir adelante y sobre todo, como les cambió la vida que sus hijas hayan sido víctimas de femicidio. Ellas son parte de la Asociación Familias Unidas por el Dolor del Femicidio.

Un informe especial emitido en el programa La Ventana, que conduce Juan Carlos Bataller y Juanca Bataller Plana, mostró otra mirada de los femicidios ocurridos en San Juan. Se trata duro testimonio de las madres de las víctimas. Fueron Sandra Olivares, mamá de Cristina Olivares; Paula Morales, mamá de Leila Rodríguez y Laura Requena, madre de Brenda Requena, quienes contaron cómo se enteraron que sus hijas habían sido acuchilladas, mutiladas y hasta quemadas. Además relataron cómo siguen una vida de lucha, cómo viven para sus nietos, tras estos sucesos que les marcaron el alma.

SANDRA ROJAS- MAMÁ DE MARÍA CRISTINA OLIVARES

“Quiero estar tranquila, criar a mis nietos, hacer el duelo de mi marido y mi hija”

Fue el primer caso que se sentenció como un femicido en la provincia. Antonio Olivares comenzó su lucha. Ahora, su madre Sandra, tras la muerte de su esposo, continúa esta cruzada por sus nietos.  Fueasesinada en 2012 de164 puñaladas en 2012 cuando tenía26 años. Su expareja y padre de sus dos hijos, Miguel Ángel Palma que fue condenado a prisión perpetua.

-¿Cómo se enteró de la muerte de su hija?

-Estaba por hacerle de comer Antonio y vino la señora que donde mi hija estaba alquilando y a decirme que había salido salió acá que la habían encontrado ahorcada. Le dije que no podía ser. Luego me llamó una amiga que vivía cerca y me dijo que estaba toda apuñalada, que no fuera Antonio porque se iba a armar un desastre. Encima estaba la madre de Palma. Ella fue a reconocer el cuerpo. En el momento que me enteré que estaba muerta se me terminó el mundo. Desde un primer momento le dije al policía que Palma la había matado.

¿Desde qué momento presintió que estaba muerta?

-Desde que no regresó a mi casa. El la agredió mucho. Yo siempre se lo dije “te va a matar y vos no vas a criar esos niños”. Ella decía que él iba a cambiar. Pienso mucho en ella y me digo qué le habrá pasado por su cabeza.

-¿Qué piensas de eso? ¿En el sufrimiento, en la agonía, en el dolor? ¿En eso qué habrá pensado?

-Sí, en eso pienso, en que ella hubiera dicho: “qué razón tendría mi madre”. Ella pensaba tan ciegamente en él y creía tanto en él, que pienso que en ese momento ella si se sentó en esa camioneta supuestamente donde la han matado. Si estuvo con él fue porque confió en que la iba a cuidar. Nunca, digamos… Pensó que él iba a matarla o que iba a participar en la muerte, porque realmente la verdad hasta aquí no la sé.

-¿Tuvo tiempo de hacer el duelo o se tuvieron que sentar a investigar?

-No, me tuve que sentar a investigar hasta que llegó un momento que yo le dije a Antonio no, hacete cargo vos y yo me hago cargo de los niños porque con las dos cosas no podemos. Al principio no sabíamos nada. Llegaron las del 102 a decirnos que tratáramos de no involucrarnos con los periodistas. Antonio abrió las antenas y dijo, ¿por qué? Si yo tengo que averiguar qué le pasó a mi hija. Si no hubiera sido por los periodistas y porque él buscó a los testigos, porque él salió a buscar, el caso de mi hijo hubiera sido un caso más.

-¿Cómo están hoy los hijos de María Cristina?

-Mis nietos ya están bien y Miguel tiene 14 y Benjamín tiene 12. Miguel Sabe lo que sucedió, Benjamín no. Este año nosotros le íbamos a decir con Antonio porque era el consejo del psicólogo pero fallece mi marido y a él le ha tocado mucho porque él era el regalón.  

-¿Cómo se hace para criar a los nietos con tanto amor pero al mismo tiempo sin odio?

-Y porque trato de que ellos sean felices. Porque he visto tantos casos de hijos que han perdido su mamá o que el padre las ha matado, se crían con tanto odio, con tanta rabia. En mi casa no se hablaba de eso. Tratamos de acompañarles en todas las cosas, en la escuela, ser una familia más con el dolor escondido como quien dice. No pudimos cambiar el apellido, estamos haciendo los trámites. No hemos recibido ayuda como familia de la víctima, solo tengo a una psicóloga cerca de mi casa que nos ayuda.

-¿Qué le dirías a la Justicia?

-Que empiecen a trabajar, que no nos crean que nosotros somos enemigas de ellos no somos enemigas, nosotros somos gente que nos han matado a nuestras hijas.  

-¿Pensó alguna vez que iba a transitar este camino en la vida?

-No. No, y por ahí no lo puedo creer,  pero me hizo más fuerte. Ya quiero vivir tranquila. No quiero hablar más de esto, porque duele, por dentro duele mucho. Pero tengo que seguir, porque la Justicia me obliga a seguir. Si ellos hicieran las cosas como tienen que ser estaría en mi casa criando a mis dos hijas, mis nietos y haciendo el luto de mi marido.

PAULA MORALES- MAMÁ DE LEILA RODRÍGUEZ

“Lo único que te importa es que tenés que levantarte y seguir por la criatura”

Leila Rodríguez, de 22 años, fue asesinada de cuatro puntazos por su expareja, Esteban Gabriel Pacheco. Apareció en un descampado de Ullum. El femicida fue condenado a prisión perpetua. Ocurrió en 2018.

 -¿Cómo fue el momento en que se enteró que Leila estaba muerta?

-La última vez que la vi fue compartiendo un cumpleaños. Volvimos a casa, ella salió y nunca más volvió.  Me obligaron a hacer la denuncia porque estaba desaparecida. Más tarde vi un revuelo de gente, corrí y la vi en la acequia. Llegué antes que la Policía y que la ambulancia. Es un mal parido, un cobarde porque la mató por la espalda, la apuñaló por la espalda le perforó los pulmones, el corazón. Sentí que me moría también.

-¿Presintió que esto podía pasar?

-No. Me empecé a desesperar cuando mi otra hija dijo de llamar a la Policía. Cuando la vi muerta, quería abrazarla, meterla dentro de mí. Y después, tenés que verte dura, y que venga el cachetazo. Ahora no le tenés miedo a nada, no importa nada, si es de día o de noche, no te importa si podés respirar o no. Lo único que importa es que tienes que levantarte y seguir por la criatura.

-¿Sintió ese día que se moría usted también?

-Sí, morí ese día, moría ese día. Toda mi familia sintió lo mismo.

-¿Sospechaste alguna vez que Pacheco podía dañarla?

 -Para nada. Ni una mala palabra le escuché, siempre respetuoso, un asesino que no fumaba, que no tomaba, se dedicaba al deporte, tenía su moto, tenía su trabajo, tenía su nena. No era violento y mi hija nunca demostró nada porque si no, no le quepa ninguna duda que le hubiese ayudado como fuera.

-Está condenado. ¿Eso te alivia o sigue la lucha?

-Me alivia porque está encerrado y por ahí me dicen que tendría que estar muerto y ¿sabes qué no? No le deseo la muerte lo último que desearía en este mundo es que se muera, porque tiene que pagar hasta el último minuto.

-¿Tu nieta sabe lo que pasó?

-Lo único que me preguntó, hace dos años que si era verdad que su papá mató a su mamá. Imagínate ese momento, que yo casi me quebré delante de ella y ahí es uno de los momentos donde te digo que ella me enseña, ella me abrazó y me calmaba a mí cuando yo tenía que abrazarla y calmarla y me decía no, no, quédate tranquila, yo lo único que te pido que mi papá nunca se acerque a mí y yo le prometí a mi nieta que jamás, mientras yo esté viva, jamás se le va a acercar ese tipo a ella. Voy a llevarla a una marcha siempre y cuando ella quiera. La psicóloga me dijo también que Ambar tiene el frasquito vacío. Nosotros tenemos un frasquito que está lleno, el hombre lo tiene vacío, entonces ese frasquito hay que alimentarlo y cosecharlo de colores, risas, alegrías. Tratamos de hacerlo mejor mi familia, yo, mi esposo.

-¿Es más fuerte ahora usted?

-Esta experiencia te fortalece, te cambia, nace otra persona con el dolor que ves que todavía queda pendiente porque es un camino que van atravesando y parece que no evoluciona. Le pedimos a Dios que nadie más se sume a nuestro grupo, que es Familias Unidas por el Dolor del Femicidio. No nos gustaría recibir a nadie más.

 LAURA REQUENA-MAMÁ DE BRENDA REQUENA

“Siento que mi hija me estaba llamando en el momento que la mataba”

A Brenda Requena, de 24 años, la mató su esposo en 2019. Diego Álvarez, había encabezado la búsqueda de su mujer cuyos restos aparecieron calcinados en un baldío de Villicum, en Albardón. El femicida la estranguló, la descuartizó, la quemó y la enterró envuelta en membrana. Fue condenado a prisión perpetua.

-¿Cómo fue le momento en que hallaron el cuerpo de su hija?

-Era una noche muy fría. Estabamos en el descampado, me fui a darle algo a mi hija que vive cerca de la plaza de Albardón y después volví. Un periodista me dice que han encontrado con huesos de perro, de vaca. Yo tranquila, yo decía a mi hija, no. Pero la madre de Álvarez se pone a gritar. Para mí porque supo que iba a ir preso. Creo que le taparon muchas cosas, no declararon después. Tienen sus derechos. 

-¿Usted piensa que todos ellos participaron?

-Sí, si no han participado, sabían Y lo ocultaron. Hasta la Policía pensó en algún momento que yo la tenía escondida. Pero nunca imaginé que él la matara. Hablaba poco, tenía un trato amable y una conducta tranquila. Nunca se me pasó por la cabeza que iba a ser el asesino. Yo quiero verlo. Quiero hablar y preguntar si ella me llamó en el momento que la estaba matando. Yo creo que sí.

-Transcurrieron cuatro años y aún siguen recorriendo juzgados por la tenencia de sus nietos

-Porque a mí no me los dan. Me los dieron a los 9 meses, es como un parto. Han estado primero con los abuelos paternos. Estamos tramitando la tutela. Tenemos la guarda provisoria. Todavía nos queda un camino más.

-¿Y cómo van viviendo esto?

-No es fácil, hay que tener tiempo, recorrer los juzgados, llevar a los niños a la escuela, y de ahí hasta las 12, hago los trámites. Tengo que seguir así o sea que la vida tampoco tiene la tranquilidad. No total no a lo que uno quisiera

-¿Pudo hacer su duelo o tampoco?   

No me dieron tiempo, pero me siento como que este año estoy más decaída que nunca. La extraño más.

-¿Y los nietos sirven de refugio?

Sí mucho mucho. La nena si bien sabe y me preguntó en su momento quién había matado a la mamá y yo le dije, me dijo la psicóloga que en un momento que lo esperara porque la nena iba a preguntar y el varoncito no.

– ¿Cree que algún día le pidan ir a verlo?

-Mire, no está muy lejos de que ellos hablen por Zoom con él en estos momentos, digamos en este transcurso que ellos quieren. Tienen sus secretitos.  

-¿Y eso que le da temor?

-Si mucho temor. Las psicólogas me han dicho que tienen distintas cabecitas de pensar, así que ese me da miedo con la nena porque allá es muy consentida al ser la única nieta. Entonces le cambian la cabecita con una campera o con unos zapatos,  con premios de la compra.

-¿Qué quiere para sus nietos?

-Que sean personas de bien, que sean alguien en la vida.

-¿Y a la Justicia qué le dice?

-Y la justicia No va a cambiar, no se los deseo tampoco, pero hasta que no les pase a ellos, no cambia.

En 2017 se creó la Oficina de la Mujer en la Justicia y los casos de femicidio empezaron a tener más importancia. Está dependencia de la Justicia lleva estadísticas de femicidios desde ese año. En San Juan estos crímenes comenzaron a juzgarse 5 años atrás con la  carátula de femicidio, fue tras el caso de María Cristina Olivares.

Los datos que duelen

La ONG que registra los casos de femicidio en el país, el Observatorio de Violencia de Género, actualizó sus datos y a comienzos de este año, indicó que  San Juan se encuentra entre las 10 provincias con más crímenes de género en el país.

Es que según el ranking pormenorizado que realizó el observatorio, el territorio local se mantuvo en esa posición en los últimos 15 años. Cabe aclarar que los femicidios son crímenes que están en una categoría especial porque tienen como víctima a mujeres que fueron asesinadas por una cuestión de género.

En San Juan, desde el 2020, se registraron cinco casos: el 24 de febrero del 2020. Calingasta. Pamela Rodríguez. 17 años. La degolló su expareja mientras dormía. El 18 de diciembre del 2020. Chimbas. Hilda Tobares de 60 años, una vecina la encontró muerta en la cama, llena de sangre, apuñalada. El 21 de agosto del 2021 en Pocito, María Pérez, de82 años. Fue apuñalada hasta la muerte. El 22 de octubre del 2021 en Sarmiento, Brenda Flores de 33 años. Su pareja la mató de 15 puñaladas. El femicida después de matar, se suicidó. El 1 de enero del 2022, Sarmiento, Yoselí Rodríguez de 11 años. Un primo la violó y la asesinó de 15 puñaladas. El 3 de diciembre del 2022 en Pocito, Susana Pérez de 53 años. Su pareja la fusiló de un disparo en la cabeza.

Según este Observatorio, en 2022 en Argentina se registraron un promedio de 20 femicidios por mes, alcanzando los 242 casos en el año. En lo que va del 2023, en San Juan hubo dos intentos…