• 10 de febrero de 2023

Cuando la Justicia se juzga a sí misma

Cuando la Justicia se juzga a sí misma

Mario Parisí, hombre clave dentro del sistema penal en el Poder Judicial de San Juan, deberá demostrar su inocencia sobre un delito que la sociedad lo rotula como despreciable: la violencia de género.

Después del sonado caso Recio, que saliera a luz en junio de 2005 y que tenía bajo la lupa al entonces secretario Administrativo de la Corte de Justicia por supuestamente haber filtrado las respuestas del primer concurso de ingreso al Poder Judicial den un ámbito privado, ahora al mismo Poder Judicial que tiene otra conducción, le toca otro caso delicado: juzgar a un hombre clave dentro del sistema penal por los delitos de  lesiones leves cometido en contexto de violencia de género y amenazas en perjuicio de su pareja ene se momento, hecho que se produjo el 24 de noviembre de 2021. Se trata de Mario Parisí.

Dentro de este escenario, la Justicia tiene como presión el hecho de que ha fijado una política de mano dura con condenas ejemplares, con la detención del acusado solo con la denuncia del hecho y porque institucionalmente creó la Oficina de la Mujer, dictando capacitaciones sobre perspectiva de género y la Ley Micaela, encaminada precisamente a fijar políticas claras al respecto contra la violencia de género.

Pese a la gravedad de la denuncia inicial, a través de la cual la víctima dijo que Parisí le propinó una paliza, que la amenazó con una catana, que le fracturó el coxis, que envió a dos amigos para convencerla de levantar la denuncia y ofrecerle dinero y pasajes para un viaje al exterior, nada de esto alcanzó para que el juez de Garantías, Matías Parrón, no le dictara la prisión preventiva, por el contrario, se le concedió la excarcelación pese a que el abogado querellante, Reinaldo Bedini, y el fiscal pidieron la prisión preventiva teniendo en cuenta el peso que tiene dentro del Poder Judicial.

La defensa pidió que se revea la negativa del juez Parrón de no conceder la suspensión del juicio a prueba por contradicciones que tuvo el magistrado a lo largo del proceso.

La defensa que llevan adelante los abogados Fernando Castro y Naser Uzair, planteó una suspensión de juicio a prueba (probation) poniendo a Parisí a disposición de la Justicia para cumplir tareas comunitarias. El letrado ofreció a la víctima una reparación de 300 mil pesos, buscando evitar una condena que lo deje marcado de por vida. 

Este miércoles quemó la última nave: pedir que se revea la negativa del juez Parrón de no conceder la suspensión del juicio a prueba por contradicciones que tuvo el magistrado a lo largo del proceso. El tribunal de Impugnación, a cargo del juez Benedicto Correa, decidió tomarse unos días para resolver el planteo. Todo esto ocurrió sin la presencia del acusado, quien justificó la ausencia con un certificado médico expedido por un psiquiatra.

Mario Parisí

Quién es Parisí dentro de la Justicia

Mario Parisí lleva muchos años dentro del Poder Judicial y cumplió diversas funciones, especialmente en los juzgados penales. Sin embargo, cuando realmente se transformó en un hombre clave fue a partir del momento en que se transformó en supervisor del sistema de Flagrancia, luego pasó a cumplir roles como coordinador de la asistencia jurídica al Colegio de Jueces del sistema acusatorio y fue el responsable de la Unidad Conclusiva de Causas.

El concepto generalizado es que se está ante un hombre estudioso del Derecho y que era escuchada su opinión por parte de los magistrados. Por eso precisamente fue clave en Flagrancia y luego en el Colegio de Jueces tras ponerse en marcha el Sistema Acusatorio.

Amigos desligados

Los amigos señalados por la denunciante como los que fueron a verla para que depusiera su actitud, fueron sobreseídos del delito de encubrimiento bajo la figura de la excusa absolutoria por ser amigos íntimos del exsupervisor de Flagrancia.

Los nombres en cuestión son el del exfuncionario judicial, Juan Pablo Ortega -quien fue protagonista de otras causas resonante y por lo cual presentó la renuncia- y el médico Jorge Gil.

Por otro lado, a principios de noviembre del año pasado,  la defensa le planteó a la fiscalía llegar a una suspensión de juicio a prueba, es decir, la probation. Esto es la extinción de la acción penal para el imputado que cumplió determinadas reglas de conducta durante un periodo de prueba que fija el juez de Garantías. 

Días más tarde, fue beneficiado por la Justicia. El Ministerio Público Fiscal representado por Roberto Ginsberg, coordinador de la UFI CAVIG, pidió el sobreseimiento parcial y definitivo por el delito a una desobediencia judicial. La querella y la defensa no se opusieron. Y finalmente el juez de Garantías, Matías Parrón, lo sobreseyó parcial y definitivamente del delito de una desobediencia judicial.

En diciembre se conoció que el juez de Garantías Matías Parrón rechazó el pedido de suspensión de juicio a prueba que solicitó la defensa de Mario Parisí y la causa se encaminó, de esta manera, al juicio oral y público.

Lo que dijo la denunciante

Esta semana se realizó una de las audiencias en las que las partes expusieron sus argumentos frente al juez de Impugnación, Benedicto Correa. En este contexto, la denunciante, Fernanda Sánchez, dijo: «A mí me costó mucho hacer la denuncia por vergüenza, por miedo y también por la persona de la que recibí la violencia. Por eso quiero que la justicia no se burle de mí».

Cabe destacar que Sánchez estuvo acompañada por mujeres del colectivo Ni Una Menos, quienes estuvieron en la puerta de Tribunales con carteles en los que pedían justicia y respuesta rápida a este caso.

Fernanda Sánchez estuvo acompañada por mujeres del colectivo Ni Una Menos.