Burocracia vs. acusatorio

Soy consciente que las estadísticas por extraordinarias, por inéditas, “matan” las más de las veces, lo conceptual, lo profundamente cultural, lo que hace, verdaderamente posible que sostengamos que se ha producido una verdadera revolución en materia de justicia y seguridad en la provincia.

El primer elemento que debemos rescatar es que se ha democratizado el Sistema Procesal Penal que se ha ordenado institucionalmente la ubicación de cada operador del proceso, así la policía se ocupa, ahora, de la prevención, los Fiscales con parte de la Policía de la investigación, los Jueces del juzgamiento, y los Abogados pueden ejercer las defensas con garantías y amplitud, antes inexistentes.

El segundo concepto está dado por los tiempos razonables en que se investigan y juzgan los hechos, lo que es un deber y un derecho del Estado, de las víctimas y de los imputados.

Otro concepto básico es la publicidad de los procesos en tanto desde el Ministerio Público Fiscal se ha creado un vínculo con la Prensa que permite a la sociedad el estar permanentemente informada.

Concepto básico, también, es la perfecta articulación y armonía entre los Fiscales y la Policía, siendo prueba suficiente de ello la falta de controversias y el nuevo paisaje tribunalicio, donde están instaladas Unidades Policiales que tradicionalmente tenían asiento en la “Central de Policía”.

Hay una realidad indiscutible, hoy se reclama en la puerta de Tribunales por disconformidad con resultados de un juicio, resultados que en el viejo sistema jamás llegaban.

Hay una realidad evidente y palpable, hoy se discute la duración de la prisión preventiva, la que antes era eterna.

Hay una realidad indiscutible, evidenciada en que, en el Penal de Chimbas, hoy el mayor porcentaje de los internos son condenados revirtiéndose lo que antes pasaba.

Hay una realidad innegable, hoy la queja es por la rapidez y celeridad, rompiendo con el atraso e impotencia del viejo sistema.

Está clarísimo, le estamos ganando la lucha a los burócratas que desde la ignorancia intelectual y aparentando conocimientos constituyen un verdadero estorbo para el desarrollo del sistema.

En futuras columnas daremos claros ejemplos de las obstrucciones que se padecen para, a su hora, individualizar a quienes no reconocen otra capacidad que ser atrasadores del progreso, de la historia.