• 20 de octubre de 2023

Más casos de hipertensión, ansiedad y estrés, los coletazos en tiempos de incertidumbre

Más casos de hipertensión, ansiedad y estrés, los coletazos en tiempos de incertidumbre

Es lo que afirman desde las entidades que nuclean a cardiólogos, psicólogos y psiquiatras. Dicen que los cuadros son similares al 2001.

La crisis económica que se hace cada vez más intensa, las próximas elecciones presidenciales y su impacto en el contexto social en los próximos meses preocupan a la población. Primero la pandemia y sumada ahora la crisis actual han resultado en un aumento significativo en los casos de hipertensión, así como un incremento en los cuadros de ansiedad y estrés. Estos factores están interconectados, según los especialistas.

En este escenario de mayor incertidumbre,  incrementaron la consulta a profesionales de la salud. Los psicólogos y médicos cardiólogos están alertando sobre las causas y ofreciendo recomendaciones para mitigar las consecuencias.

El Centro de Estudios Especializado en Trastornos de Ansiedad (CEETA), en un reciente informe, afirma que la incertidumbre económica generó este aumento y deterioro en la salud de la población. Según el informe, aunque este fenómeno ya se había manifestado en 2001 y empeoró en 2008 con la crisis mundial, para luego resurgir en 2013, ahora se está experimentando una sintomatología similar.

Incluso las personas sin una predisposición a padecer trastornos de ansiedad pueden desarrollar niveles significativos de estrés debido a la influencia de la economía en la estabilidad de los hogares. La incertidumbre sobre el desenlace de esta situación es una preocupación generalizada, según el informe.

La crisis afecta tanto a hombres como a mujeres. La ansiedad es una experiencia común en los seres humanos y debe mantenerse dentro de límites aceptables para mantenerse benigna. Cuando la ansiedad excede estos límites normales, se convierte en un problema que afecta negativamente la calidad de vida de la persona, indicando la presencia de un trastorno.

Directo al corazón

La Fundación Cardiológica Argentina (FCA) y la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) señaló que un entorno caracterizado por el aumento del desempleo, la disminución de los ingresos, la reducción de las pensiones y una disminución en la satisfacción de vida, junto con una disminución de los recursos destinados a la atención de la salud y el bienestar social, puede tener graves consecuencias para la salud de la población.

En este contexto se recomendó realizar encuestas nacionales y comunitarias de manera regular para obtener datos precisos sobre cómo la morbilidad y mortalidad por enfermedades cardiovasculares están evolucionando en el contexto de una crisis económica. Además, se consideró esencial fortalecer los servicios de atención médica dirigidos a abordar el estrés psicosocial.

Un dato que preocupa

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó su primer informe del año sobre la hipertensión arterial, afirmando que es una afección que afecta a uno de cada tres adultos en todo el mundo y que causa problemas graves de salud, como accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio.

El informe revela que la mayoría de las personas con hipertensión no reciben un tratamiento adecuado y que el número de afectados se ha duplicado en las últimas décadas.  

Se menciona que factores de riesgo como la dieta alta en sal, la falta de actividad física y el consumo de alcohol aumentan el riesgo de hipertensión, pero cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable y más actividad física, pueden ayudar a reducir la presión arterial.

El impacto de hace dos décadas

Un estudio realizado por la Fundación Favaloro revela que la crisis económica que afectó a Argentina en el período de 1999 a 2002 tuvo consecuencias devastadoras en la salud de la población. Durante este período, se registraron aproximadamente 20.000 muertes cardíacas adicionales a las tasas habituales.

Este aumento en la mortalidad cardíaca se atribuye directamente al deterioro de los recursos hospitalarios, que fue una consecuencia directa del colapso económico. Además, se identificaron aproximadamente 10.000 casos de infartos no mortales, directamente relacionados con el estrés y la depresión causados por la crisis, que no contaron con el apoyo social necesario para su prevención.

Este estudio, llevado a cabo por investigadores de la Fundación Favaloro en colaboración con expertos de la Universidad de Massachussetts en Estados Unidos, es el primero en abordar la relación entre una crisis económica y la mortalidad. Estos hallazgos son especialmente preocupantes, ya que la Organización Mundial de la Salud informa que en Argentina se registran aproximadamente 50.000 muertes por enfermedades cardíacas cada año. Los resultados de este estudio, presentados en el XXXII Congreso Argentino de Cardiología, indican un impacto significativo de la crisis económica en el aumento de la mortalidad por problemas cardíacos en el país.

Claves para tener en cuenta

1-Si bien en estas épocas de crisis e incertidumbre se detectan más casos de hipertensión, acompañados de estrés, no solo depende del contexto socioeconómico poder manejar este cuadro, según los especialistas. Es clave la modificación de hábitos.

2-Bajar de peso es uno de los cambios en el estilo de vida más eficaces para controlar la presión arterial. Si eres una persona con sobrepeso u obesidad, bajar incluso una pequeña cantidad de peso puede ayudarte a reducir la presión arterial. Entre los más importantes es reducir la ingesta de sal, bajar de peso, no fumar, reducir la ingesta de alcohol, mantener una dieta baja en harinas procesadas, tomar abundante agua y hacer ejercicio al menos caminatas de 30 minutos diarios.

3-El estrés emocional a largo plazo (crónico) puede contribuir a una presión arterial alta. Por esto se recomienda:

.Evitar las exigencias extremas. Planificar el día y enfócate en las prioridades. Aprende a decir que no. Prever el tiempo suficiente para hacer lo que se tenga que hacer.

.Enfocarse en los problemas que se pueden controlar y hacer planes para resolverlos. 

.Evita los factores desencadenantes del estrés. Por ejemplo, si el tráfico en las horas pico provoca estrés, viajar en otro horario. Evitar a las personas que te provocan estrés, si es posible.

.Relajarse. Tomarse un tiempo todos los días para sentarte con tranquilidad y respirar hondo. Dedicar tiempo para actividades o pasatiempos divertidos, como salir a caminar, cocinar o hacer actividades voluntarias.