• 4 de agosto de 2023

Los alquimistas del sonido que fabrican instrumentos en San Juan

Los alquimistas del sonido que fabrican instrumentos en San Juan

En la provincia hay quienes se dedican a construir, reparar y hasta restaurar distintos instrumentos musicales. ¿Es un oficio en extinción o por el contrario hay una nueva generación que está surgiendo?

Con solo verlos trabajar un instante, se puede ver cómo la destreza manual, la precisión y también el método, son la clave de su tarea. Algunos dicen que se necesita una mente creativa, otros, que esto debe conjugarse con mucha paciencia, buena vista y también buen oído. Estas son algunas de las claves que tienen en cuenta los lutieres, personas que se dedican a fabricar, reparar y hasta restaurar instrumentos. En la provincia hay quienes compartieron su historia y también sus secretos.

Tienen en sus manos de artistas la posibilidad de dar vida a un instrumento. Puede ser un violín, una guitarra o hasta algún instrumento de viento. De este modo, el circuito de la música se hace posible. Desde la creación del este instrumento hasta que llega a manos de quien lo ejecuta. Y en una provincia donde la actividad musical está en pleno crecimiento, los lutieres forman parte clave del eslabón. Y detrás de cada uno de estos artesanos, hay una historia.

Para conocer más de su mundo, de sus secretos y de cómo llegaron a ser creadores de instrumentos, Javier Conturzo, Gabriel Lanzi y Martín Guzmán contaron sus experiencias. De cómo empezaron, qué los motiva hasta cómo es el panorama local.

Un poco de historia

La palabra francesa lutherie es usada en una gran variedad de idiomas y hace referencia al arte de construir instrumentos de cuerda. El nombre luthier se relaciona con los primeros luthiers, y proviene de la palabra francesa luth, a su vez procedente del árabe laúd, un famoso instrumento de cuerda árabe. Genéricamente significa “la madera” y en gran parte del mundo hispano se traduce el término como laudero o lutero, que proviene de la palabra laúd, o el término tradicional violero, que tiene el mismo significado que luthier de constructor de instrumentos de cuerda; sin embargo, luthier, laudero o lutero han ampliado su significado a quien construye cualquier tipo de instrumento de cuerda y también los nombres se han hecho uno: lutier, según lo indica la RAE.

El encuentro que marcó el camino

En 2016, se realizó el primer encuentro de Lutieres en San Juan. El evento tuvo buena convocatoria de público y contó con la presencia de 11 músicos. Fue en el foyer del Auditorio Juan Victoria, donde además de las muestras, hubo charlas y música en vivo. En esa oportunidad, fueron Ariel Carrizo, Martín Guzmán, Gabriel Lanzi, Nadia Sánchez, Raúl Apaldetti, Carlos Fernández, Diego Colombo, Claudio y Gastón Montivero, Franco Gimeno y Javier Conturzo, quienes se unieron para dar a conocer sus trabajos que se basan en reparar armónicas, flautas y saxos como la fabricación de guitarras, instrumentos de percusión, pianos y boquillas, entre otros.

A esto se sumó que en 2022, se lanzó el Proyecto Ensamble, una propuesta de formación que convocó a más de 200 músicos locales en la que se los capacitó, entre otras cosas, en el oficio de lutier, y el mantenimiento de instrumentos musicales.

Gabriel Lanzi, lutier de diseño

Es trompetista de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ, da clases y forma parte de varias agrupaciones. Entre la música y la creación de instrumentos, es que pasa sus días. Así Javier Conturzo, se dedica a fabricar boquillas para instrumentos de bronce, más específicamente trompetas.
Estudiar en la Escuela Boero y haber trabajado en una tornería, le dio parte del sustento técnico para emprender la tarea que hoy desempeña. Todo comenzó porque envió a Buenos Aires un instrumento para reparar y no le gustó cómo lo hicieron. Ahora, sus accesorios están muy bien posicionados en el mercado, fuera de la provincia.

De sus inicios, Javier contó que “la lutería siempre fue un tabú, de hecho, en la actualidad no… desconozco si hay acá en la Argentina gente que te dé clases. Yo anduve averiguando y no tuve éxito, lo cual se forzó nuevamente la parte autodidacta. Aprendí viendo en las fotos, porque lo único que se podía ver eran fotos hasta que empezaron a aparecer videos”. Además, todas las herramientas que utiliza las fabrica con su torno.

En cuanto a la tarea propiamente dijo que “en pandemia estuvo bueno porque ahí se abrieron las clases online y tomé un par de cursos ahí con gente de Venezuela que se llenó de lutieres ahí conocí un montón de gente y sigo en contacto por medio de WhatsApp con los lutieres argentinos de Centroamérica, todo lo que es Latinoamérica y parte de Europa. Estoy ahí en ese grupo donde siempre hacemos consultas y compartimos información, que está bueno. Eso estuvo bueno en la pandemia Y a mí me sirvió para reafirmar que iba por un buen camino. Yo en ese momento ya hacía personalizaciones de instrumentos. Que es a lo que más me dedico, también a la reparación”. Agregó que “o más desafiante que hice fue una boquilla de una marca muy conocida y muy costosa, que es una boquilla que va rellena con agua, es como una cápsula”.

Javier tiene un taller y recibe instrumentos de todo el país. Hay gente que me envía de todo el país, de Córdoba, de Buenos Aires, de Tucumán, y también de San Juan.

Aseguró además que este es un rubro en expansión, el de crear y reparar instrumentos, porque hay muchas personas que valoran el toque personalizado. “Mi idea siempre fue propagar. De hecho, publico cosas. Antes un lutier no te subía una foto por miedo de enseñar, de hecho todavía está como ese miedo, pero está bueno también expandir y compartir los conocimientos”, aseguró.

Para finalizar contó que “lo que más me gusta es la satisfacción del cliente. Cuando el cliente está contento, cuando el cliente te dice, esto quedó mejor, ahí quedó satisfecho”.

Javier Conturzo, músico y artesano

Es trompetista de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ, da clases y forma parte de varias agrupaciones. Entre la música y la creación de instrumentos, es que pasa sus días. Así Javier Conturzo, se dedica a fabricar boquillas para instrumentos de bronce, más específicamente trompetas.
Estudiar en la Escuela Boero y haber trabajado en una tornería, le dio parte del sustento técnico para emprender la tarea que hoy desempeña. Todo comenzó porque envió a Buenos Aires un instrumento para reparar y no le gustó cómo lo hicieron. Ahora, sus accesorios están muy bien posicionados en el mercado, fuera de la provincia.

De sus inicios, Javier contó que “la lutería siempre fue un tabú, de hecho, en la actualidad no… desconozco si hay acá en la Argentina gente que te dé clases. Yo anduve averiguando y no tuve éxito, lo cual se forzó nuevamente la parte autodidacta. Aprendí viendo en las fotos, porque lo único que se podía ver eran fotos hasta que empezaron a aparecer videos”. Además, todas las herramientas que utiliza las fabrica con su torno.

En cuanto a la tarea propiamente dijo que “en pandemia estuvo bueno porque ahí se abrieron las clases online y tomé un par de cursos ahí con gente de Venezuela que se llenó de lutieres ahí conocí un montón de gente y sigo en contacto por medio de WhatsApp con los lutieres argentinos de Centroamérica, todo lo que es Latinoamérica y parte de Europa. Estoy ahí en ese grupo donde siempre hacemos consultas y compartimos información, que está bueno. Eso estuvo bueno en la pandemia Y a mí me sirvió para reafirmar que iba por un buen camino. Yo en ese momento ya hacía personalizaciones de instrumentos. Que es a lo que más me dedico, también a la reparación”. Agregó que “o más desafiante que hice fue una boquilla de una marca muy conocida y muy costosa, que es una boquilla que va rellena con agua, es como una cápsula”.

Javier tiene un taller y recibe instrumentos de todo el país. Hay gente que me envía de todo el país, de Córdoba, de Buenos Aires, de Tucumán, y también de San Juan.

Aseguró además que este es un rubro en expansión, el de crear y reparar instrumentos, porque hay muchas personas que valoran el toque personalizado. “Mi idea siempre fue propagar. De hecho, publico cosas. Antes un lutier no te subía una foto por miedo de enseñar, de hecho todavía está como ese miedo, pero está bueno también expandir y compartir los conocimientos”, aseguró.

Para finalizar contó que “lo que más me gusta es la satisfacción del cliente. Cuando el cliente está contento, cuando el cliente te dice, esto quedó mejor, ahí quedó satisfecho”.

Martín Guzmán, fabricante de armónicas

Sus inicios en la fabricación de armónicas fueron básicamente por necesidad, porque no había nadie en San Juan y solamente había un lutier de armónicas en Buenos Aires. “Tenía que mandarlas y todavía no estaba tan común lo del mandar, recibir por encomienda y aparte era un costo. Yo estaba terminando la secundaria en ese momento y me había comprado una armónica que en Buenos Aires”, contó Martín. “mí en ese momento era una inversión enorme, lo cual me dolió un montonazo, entonces decidí que tenía que aprender”, agregó.

El 95% del trabajo que realiza es para afuera de la provincia y un 2 o 3% para el exterior. “En San Juan, obviamente el negocio es muy reducido, pero bueno, siempre como soy docente de música, de armónica, la verdad es que por ahí laburo para mis alumnos, pero es menos común quizás”, contó.

Martín es lutier de armónicas, pero también abarca melódicas y todo tipo de instrumentos que tengan una lengüeta vibrada por el aire.

“Creo que lo que más me gusta de esto, y continuando un poco con lo del desafío, es tener la sensación de que el músico recibe un instrumento que se adapta a su manera de tocar. Esa es la satisfacción que me ha dado cuando recibo los mensajes diciéndome que esto es lo que buscaba, que esto es lo que necesitaba. La verdad que me parece que va por ahí”, dijo el lutier.

El desafío más grande de su tarea es poder acomodarse a los requerimientos de cada músico en particular, porque un poco la idea de un instrumento hecho por un lutier es que se acomode el instrumento a la manera de tocar de músico y no al revés, como suele pasar con los instrumentos de fábrica.

En cuanto a las satisfacciones que le deja este oficio, Martín contó que “lo más importante que hice fue laburar para mis ídolos, entre comillas ídolos, musicales. Fue muy difícil, si bien fueron muchos, la verdad que me llamaran y me dijeran quiero un instrumento hecho por vos, fue de enorme satisfacción”.

Según Martín, la música en general está pasando por un momento de renovación y de instrumentación por completo. “Hoy un pibe creo que sueña tener un home studio con una plaquita de sonido, una buena compu un buen micrófono y un teclado MIDI la música está pasando por ese momento, no quiere decir que no haya chicos tocando música con instrumentos tradicionales, pero sí que hay como una especie de cambio musical. Esto puede en un futuro tener grandes repercusiones y uno obviamente tiene que ir adaptándose. Me parece que va por ahí la cosa”, dijo.

“Mi sueño con respecto a mi actividad es mantenerme haciendo esto por el resto de mis días. Ese es como el objetivo y el sueño más grande que tengo a cumplir”, concluyó.