• 30 de marzo de 2024

La necesidad de crecer

La necesidad de crecer

Por Juan Carlos Bataller Plana

Cuando ya pasaron más de 100 días de la gestión de Javier Milei, hasta ahora sólo se escuchó hablar de ajustes. Aumentos de tarifas de servicios, “sinceramientos” de precios, dolarización de los costos, eliminación de puestos de trabajo, achicamiento del Estado.

Es muy importante ordenar las cuentas. Y está claro que no se le puede echar la culpa a quienes están desde el 10 de diciembre. Pero el problema fácil de advertir es que el ajuste viene con poca actualización de ingresos.

Hasta ahora, tanto el presidente Javier Milei como su ministro de Economía Luis Caputo, hablaron de motosierra y achicar.

Por eso es muy importante las declaraciones de los últimos días de Luis Caputo:

“Antes de dolarizar hay que empezar a crecer, en lo posible desregulando. Queremos sacar el cepo cuando estemos seguros de que no hay riesgo para los argentinos Antes de eso hay que recomponer el balance del Banco Central. La otra opción es que lleguen nuevos fondos para capitalizar al Banco Central».

Que el súper ministro hable de crecimiento, es un alivio. Un país no se hace en base al ajuste permanente porque llega el momento que el ajuste es a costa de miseria. Y si bien es fundamental terminar con los grandes bolsones de corrupción y nombramientos inncesarios, no es menos cierto que para salir del estancamiento hay que hablar de crecimiento y desarrollo.

Caputo todavía no habla de desarrollo –que serían palabras mayores- pero al menos empezó a hablar de crecimiento.

La única posibilidad de achicar el Estado es con un crecimiento del sector privado.

Para muestra basta un botón.

En San Juan las cifras son contundentes: mientras que el Estado creció más del 50% en los últimos 10 años, los trabajos privados disminuyeron un 1%.

Y lo triste es que hay sectores en los que San Juan puede crecer en forma contundente.

En primer lugar, sin dudas, la minería. Si se desarrollaran aunque sean dos de los cinco  proyectos de cobre que están avanzados, cambiaría el nivel de ingresos de San Juan.

El otro rubro es turismo. Se pasó de una agencia que gastaba cientos de millones en promociones poco efectivas, a una realidad con poquísimos vuelos, la ruta a Mendoza destrozada y casi nula promoción de la provincia fuera de nuestros límites. El resultado está a la vista.

Cómo siempre ocurre, en las épocas de vacas flacas, la construcción es fundamental. No crea una base económica estable pero genera trabajo y distribuye dinero.

La provincia puede destinar algunos fondos, pero tiene un límite.

Entendámoslo bien. No es lo mismo la inversión nacional que se ha hecho en algunas provincias que lo que ocurre en otras.

Decir de pronto que se paraliza el túnel de Agua Negra, que se ralentiza la ruta a Mendoza, que se eliminan los vuelos a Córdoba como hace cuatro años se hizo con los vuelos a Santiago de Chile, es condenar a una provincia al atraso. Y en esto se fijan no sólo los turistas sino también los inversores.

En resumidas cuentas, hasta ahota nadie apuesta al despilfarro. Pero es difícil pensar que por arte de magia las provincias saldrán adelante si sólo se las ve como variables de ajuste. Y es por eso  que festejamos que el ministro Caputo haya dicho que antes de dolarizar hay que comenzar a crecer. Parece poco pero es algo.