• 18 de agosto de 2023

Bernardo Stamateas. Se han perdido los rituales entre padres e hijos

Bernardo Stamateas. Se han perdido los rituales entre padres e hijos

Es uno de los psicólogos más mediáticos, escribió más de 40 libros, maneja las redes sociales para llegar mejor a la gente y vino a San Juan a dar una serie de conferencias. Estuvo en el programa La Ventana, que conduce Juan Carlos Bataller y Juanca Bataller Plana.

-Usted popularizó el término “gente tóxica”, ¿Cómo sucedió esto?

-No inventé yo este término. Estaba popularizado en algunos lugares como en Estados Unidos, en algunos países de Latinoamérica, pero se instaló fuertemente como un concepto que habla de la gente que nos nivela para abajo, la gente que nos mete miedo, nos mete culpa, la gente que nos lastima y es un término muy gráfico porque rasgos tóxicos tenemos todos. Tenemos un poquito de negativos, de quejosos, de chismosos, pero el tóxico necesita verte mal para sentirse bien de manera consciente. No hace introspección, no asume culpas, entonces necesita verte sufrir y ahí bueno clasifiqué el término. El libro se tradujo a 23 idiomas, así que hay gente tóxica en todo el mundo.

-¿Cómo se llega a estar cerca de este tipo de personas?

-La gente no ve a maltratador que viene y te da una trompada. Lo primero que hace el tóxico es que te da afecto, cariño, vos te sentís sola, te whatsappea, te manda los corazoncitos, bombardeo de amor. Mucho de lo bueno. Lentamente luego viene el “no hables”. “Eso que dijiste fue una estupidez”. Aparecen pequeñas descalificaciones, mezcladas con el bombardeo de amor. Va pasando el tiempo, la persona, como ve tanto bombardeo de amor y a ciertas descalificaciones, la interpreta como consejo. Y luego, en una segunda fase, va creciendo las descalificaciones, va disminuyendo el bombardeo de amor. Hasta que termina de podar la estima.  

-¿Te aisla de los afectos en ese proceso?

-Es un clásico. La persona lo que va haciendo es podando los vínculos. “Che, no me gusta hablar con tu vieja”. “Tu viejo me tiene podrido”. “Desde que vas a la facultad, no sos la misma persona”. Va apodando de los amigos. Por eso la persona maltratada es la última en enterarse.  Entonces el tóxico siempre viene por la positiva. Luego que te va podando la estima, entra en tu círculo de intimidad afectiva y a partir de ahí empieza a manipularte.

-¿La víctima puede transformarse en tóxica?

-Primero hay que entender esto ¿Por qué un tóxico elige a una persona víctima? Porque la admira, no es porque es débil. El cazador no va a ir al África a un león viejo y drogado, va a ir a un león joven y fuerte. Entonces la lógica del tóxico no es que va a buscar a alguien débil. Muchas personas maltratadas te dicen “me eligió porque yo tengo baja estima”. No, te eligió porque te envidia, porque te admira y lentamente sintió como una casa ese desafío y te va apodando.

¿Qué es lo que le sucede muchas veces a la persona sobreviviendo a la víctima? Es que tiene el sentimiento de que con mi amor lo cambiaré. Es el mito de la bella y la bestia. Yo lo voy a ayudar. El verdadero amor pone límites y siempre el límite cuando uno le entrega yo les he dado muchas charlas a mujeres maltratadas. Cuando uno entrega el primer no entregaste un poder que el otro lo va a usar en tu contra entonces uno tiene que aprender a usar las dos palabras más poderosas que existen que son sí y no. Cuando vos les pones límite a tus hijos el límite los libera.

“Hay que aprender a usar las dos palabras más poderosas que existen que son Sí y No”

-Hoy se habla hoy de una generación de cristal que nunca se le puede decir que no.

-Si le resolvés todo a un niño, le robaste la frustración y el esfuerzo. No va a tener tolerancia a la frustración. Por eso no hay que no hay que resolverle los conflictos rápido a los hijos. Permitir cierto nivel de tolerancia porque la vida no les va a decir que sí

-Pero hay una generación de padres que es culposa.

-Eso es verdad. Le hacen mal. El límite no lastima. Cuando un chico sabe eso, le da seguridad, es como tener un semáforo, todos tenemos que tener luz verde y luz roja no todo puede ser lugar de tampoco puede ser todo luz roja quienes dicen que en determinados temas, si a los chicos no se les da opciones, se les soluciona los problemas.  

“Hay emociones nutritivas como la alegría, la fe y la esperanza”

-¿A veces no hay que darles opciones a los hijos?

-A los chicos hasta los 7, 8 años hay que decirles sí o no, y punto. Luego se le va agregando una pequeña explicación. En la adolescencia viene todavía más negociación, después de adulto ya no, obviamente pero uno va explicando por qué, no es no porque yo quiero. Y algo importante es que golpear no es un límite, gritar no es un límite pegar no es un límite.

 -A veces los padres no enseñan con el ejemplo.

-Exacto, los chicos te filman. A ver, si yo les digo no grites y me ven gritando, no bueno. Hay que recuperar la presencialidad. No hay que ponerle límite a lo virtual. Lo que hay es que aumentar la presencialidad, el encuentro, el disfrute. Y hoy hay chicos que están queriendo eso, porque el lenguaje virtual no es el lenguaje presencial.  

-Es complicado  poner límites a los chicos con la realidad que se vive, padres que trabajan todo el día, poco diálogo.

-Una actriz muy conocida, me dice Bernardo mi hijo se lleva ocho materias, claro yo laburo tengo los lunes nada más una actriz conocida, tengo las giras acá y me siento culpable porque a ver le tengo que dar de comer porque estoy separada. Le dije dos cosas: primero vos estás poco tiempo que sea de calidad de calidad. Segundo, armar un ritual un ritual, es decir una actividad que haga junto con tu hijo, que le guste. Me la volví a encontrar al fin del otro año me dice que aprobó las ocho materias. En una cuestión emocional, el nene que encontró cinco minutos de calidad y un ritual.

“Hasta los 7, 8 años, a los chicos hay que decirles sí o no, y punto. Luego se le va agregando una pequeña explicación”.

-¿Cómo es su relación con las redes sociales?

-Muy buena, llego a la gente con respuestas prácticas a cuestiones que parecen difíciles. Hace 36 años que soy psicólogo, la gente antes venía y te decía “vengo para analizarme, quiero conocerme, quiero invertir unos años”. Ahora te dice “tengo ataques de pánico, ¿qué hago? Me llevo mal con mi hijo, ¿qué hago?” La gente quiere practicidad, quiere hacer algo, porque los problemas no se resuelven pensando, se resuelven haciendo.  

-¿Hay emociones nutritivas también?

-Sí. La alegría, la fe, la esperanza. Necesitamos tutores, necesitamos esos palitos que nos sostengan, esas madrigueras afectivas. Y las emociones nutritivas son la fe, la alegría, la esperanza, la caricia, el estado Flow, que es el estado del fluir, eso que hacemos, que nos olvidamos del tiempo. La alegría sobre todo, es muy importante.