- 7 de diciembre de 2024
Una guerra sin cuartel y “doña Rosa”


POR MARCELO DELGADO
Desde finales de la Segunda Guerra Mundial en 1945 hasta la fecha, no se han producido fenómenos bélicos globales, pero el conflicto en clave de amenaza ha caracterizado la época llama “Guerra Fría”, donde la batalla se gana en la demostración del poder de daño.
En una primera etapa se polarizó entre la Rusia comunista y Estados Unidos democrático, aunque luego fue China, el país que por tamaño y poder económico, asumió unos de esos extremos.
Las guerras tienen motivos formales, como los territoriales, ideológicos, religiosos, históricos, entre otros; pero en el fondo se trata de cuestiones económicas y de poder. Detrás del conflicto entre China y Estados Unidos, está clarísimo que los motivos de mercado superan cualquier otro. La diplomacia se encarga de codificar las decisiones, comunicaciones y estrategias, para que reciban un trato más ameno de parte de sus ciudadanos y aliados. Pero en la última década, y más particularmente, este año, el pragmatismo mata discurso. Los líderes y referentes van al hueso y en una nueva guerra fría, la económica, exhiben sin escrúpulos las armas que van a utilizar, a modo de amenaza y la pretensión es “poner en caja” al contrincante.
Así, Donald Trump ha prometido elevar todos los aranceles a los productos importados, pero especialmente aquellos que provengan de China y sus aliados. La guerra de Ucrania – Rusia, parece quedar fuera del radar y lo que cuenta es proteger la economía americana. Enero de 2025 es la fecha elegida cuando asuma nuevamente la presidencia de su país. China, que ha impulsado los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, sus siglas), a modo de alternativa al Grupo de los 7, amenaza con dejar de utilizar el dólar como moneda de cambio y establecer un nuevo modo (moneda alternativa) para el comercio internacional entre los miembros de ese bloque. Demostraciones de poder y respuestas que suponen provocación de daño, más que alternativas de soluciones.
Por otro lado, está “doña Rosa”, un personaje de ficción, creado por el recordado periodista Bernardo Neustadt, para explicar que muchas cosas que se discuten en política y economía, a la gente común no les interesa o muy poco les afecta. Esta guerra comercial entre los dos grandotes del mundo, ¿cuánto puede afectar, a los que dedican 12 horas por día a sobrevivir, o están ajenos a la política o la economía?
Esta semana pasó sin penas ni glorias la cumbre del Mercosur, y dejó claro que el bloque no es prioridad. Argentina mira con agrado un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, similar al que tiene Chile y Brasil, que eligió al bloque de los Brics. Ahora, doña Rosa, además de Bake off, y de la serie favorita de Netflix, ¿también se ocupara de ver qué pasa con esta guerra sin cuartel, para entender mejor como será su futuro y el de sus hijos?