• 18 de mayo de 2024

Un pacto forzado es efímero

Un pacto forzado es efímero

Por Juan Carlos Bataller Plana

El Gobierno Nacional está obsesionado con la firma de un gran pacto nacional, en el que los principales factores de poder del país firmen 10 puntos fundamentales que se tomen como política de Estado.

Más allá que se haga el acto protocolar el próximo 25 de mayo o después, hay un tema fundamental: si el contenido del pacto no tiene un consenso sincero y en libertad de quienes lo firmen, es muy probable que lo escrito con la mano, sea borrado con el codo.

Desde hace años se habla de la necesidad de acordar un Pacto de la Moncloa a la Argentina. Y se repite sin tener en cuenta que ese pacto fue sobre un tema fundamental: el apoyo de las diferentes fuerzas políticas a defender el sistema democrático tras décadas de Franquismo con Guerra Civil incluida.

La transformación económica de España llegó tiempo después, con Felipe González como presidente, y fue fundamental entrar a ser parte de la Unión Europea. Y con muchos años de subsidios que fueron necesarios para equilibrar un país entonces pobre, como España, con sus vecinos más poderosos.

Al kirchnerismo no le interesa firmar el pacto. Están pensando en la vuelta al poder cuando cambie el ánimo de la gente (si es que se produce) y no van a consentir ser parte de un acuerdo que seguramente lo criticarán.

El radicalismo se divide entre los seguidores de Lousteau, más críticos, pensando en el 2027, tratando de preservarse de algunas medidas del Gobierno Nacional. Y están los gobernadores radicales que, al parecer, presionan para que se firme el pacto pero buscan algo de oxígeno nacional al cambio.

La izquierda se descuenta que no firmará. Como es muy probable que si lo haga el PRO.

Hay gremios como el de los camioneros que ya decidieron no ser parte del acuerdo. Hay otros que escucharán hasta último momento los cantos de sirena. Y hay en juego miles de millones de pesos que pueden destinarse al sistema de salud gremial… o no.

Por último, el Gobierno Nacional acepta algunos cambios, pero se sientan en el 56% de votos de la segunda vuelta para decir que se votó un cambio drástico en el país.

El acuerdo puede llegar a salir, o un pacto distorsionado por los tironeo en las negociaciones. Será útil para mostrarlo a inversionistas que hay un sector importante del país en convivencia democrática.

La gran duda es que si el pacto durará la gestión de Milei o se romperá antes.