• 14 de diciembre de 2024

Un año: ¿La economía empieza a caminar?

Un año: ¿La economía empieza a caminar?

POR MARCELO DELGADO

El 10 de diciembre pasado, el modelo de “economía liberal” del presidente Milei cumplió un año. Una pesada herencia recibió, con una deuda interna gigante (del tesoro y el BCRA), los compromisos externos, déficit fiscal récord, altas tasas de inflación, años de estancamiento; entre otros legados. Por otra parte, la intervención del estado nacional en gran parte de las actividades económicas, con fuertes regulaciones, precios sostén y fijos, cajas negras de fideicomisos y organizaciones, que sólo suman burocracia. Un modelo Neo Keynesiano, que se prolongó en el tiempo, desde la salida de la convertibilidad de los años 90´.

Desde el punto de vista teórico, estaba claro que la salida no podía ser gradual ni moderada. Al mismo tiempo, el alto costo (que debía pagar la casta), era inevitable y necesario. Las primeras medidas, en línea a lo prometido en campaña, no tardaron en llegar. El Decreto 70 de diciembre de 2023, sentó los cimientos y luego se complementó con la ley Bases.

La determinación y tamaño del ajuste no registra antecedentes, como las consecuencias que provocaron una fuerte caída del consumo, la inversión y el nivel de actividad. Esto le permitió al Super ministro de economía, domar primero al “verde”, luego neutralizar en cuotas los pasivos monetarios para domesticar la inflación, al menos a niveles que desde hace tiempo no se veían. La Fase I y II del modelo, aunque no muy explícito; cumplieron sus cometidos. Hacia el tercer trimestre, entró en escena el mentor y mejor intérprete del presidente: Federico Sturzenegger, con una misión clara de avanzar en “achicar” y motorizar la eficiencia de un “Estado gendarme”. Todo lo que pueda hacer el mercado no debe ser parte del estado. La Fase III parece estar marcada por los anuncios del primer año de gestión que aceleran el rumbo, prometen un nuevo esquema fiscal (régimen impositivo), invitan a las provincias a reducir y mejorar sus gestiones estatales y avanzar en competitividad para captar inversiones. Se dio por hecho el fin de la recesión, aunque todavía los niveles de actividad y consumo están muy lejos de años regulares o malos.

Las reglas están más claras, la macroeconomía parece encaminada, los inversores tienen garantías (al menos políticas), de libre circulación de los flujos de capitales (no solo los que adhieren al RIGI). Sin embargo, a un año de vida, este modelo liberal, que aún no comienza a caminar, nos plantea algunas dudas que seguramente el tiempo podrá responder: a) ¿Cuándo comenzará a recuperarse el consumo, los salarios y los ingresos de familias, jubilados y autónomos, entre otros? b) La apertura del comercio, ¿afectará a la industria nacional, el comercio local y las cadenas de valor que tienen baja competitividad? c) Las economías regionales, ¿podrán subsistir frente a los altos costos operativos y logísticos? d) Las provincias, ¿podrán financiar la obra pública y la infraestructura para los desafíos que vienen?. e) ¿Los monopolios naturales, como medicamentos, energía, comunicaciones, serán funcionales en un escenario desregulado y con sólo controles del mercado?

A un año de un modelo que esperamos con ansias comience a caminar, tenemos muchas preguntas más, que sólo el tiempo responderá.