• 18 de mayo de 2024

¿Jueces a la carta?

¿Jueces a la carta?

POR EDUARDO QUATTROPANI

Si hay algo casi «sagrado» en el Derecho es que el Juez que debe entender en una causa debe estar determinado con anterioridad o, como mínimo, no debe quedar, su designación al arbitrio de alguien. Menos aún que un Juez pueda ser cambiado por otro fuera de las causales que marca la ley.

Dicho más claramente y con todas las letras, resultaría un verdadero escándalo jurídico, constituiría un gravísimo peligro para los ciudadanos, violentaría el principio del juez natural, que un secretario administrativo o persona que dependa de él pueda, por fuera de la ley, asignar un Juez a una causa o cambiar al ya actuante.

Ello sucede, a mi criterio, en San Juan, en nuestro Poder Judicial, donde se ha logrado, creo yo, sorprendiendo a la Sala de Superintendencia, darle atribuciones a la Oficina Judicial para reemplazar al Juez interviniente so pretexto de la carga laboral.

Semejante disposición convierte al Secretario Administrativo, por sí o por medio de quienes de él dependen, en el «Señor de los Jueces», lo que es contrario, así lo creo, al pensamiento de la Corte y al deber ser de la legalidad.

De mantenerse esa situación, debería cambiarse el dicho de «hacete amigo del Juez» por «hacete amigo del Secretario Administrativo o de cierto personal a su cargo» (el que cobrará un plus por vaya uno a saber la razón)

Para más, de hecho, ese mismo personal administrativo ha dividido al Colegio de Jueces en dos, uno vespertino y otro matutino y, por lo tanto, parcialmente podría también digitar Jueces, ya que asigna causas entre 10 y 9 Jueces y no entre 19, otra vulneración jurídica.

Quede claro, según la ley, el Colegio de Jueces es uno, único, y nada autoriza a dividirlo como se hace.

Hemos presentado ante la Corte un pedido de Acuerdo para tratar el tema, el que por su gravedad no admite ni formalismos ni dilaciones.

Venimos escribiendo constantemente sobre la necesidad de no permitir el desborde del aparato administrativo, jamás nos imaginamos que se llegara a esto.

No tenemos duda alguna, no se puede tolerar semejante desquicio, así como que hay que recuperar el GPS del deber ser, caso contrario, alguien podría convertirse en una especie de “interventor” del Poder Judicial.

En verdad, interventor de una parte, pues, aunque se sueñe con serlo del Ministerio Público, ello jamás ocurrirá, pues ahí sí, al que se desorbita se lo ubica de inmediato.