• 20 de julio de 2024

Ser funcionario nacional es una actividad de riesgo

Ser funcionario nacional es una actividad de riesgo

Por Juan Carlos Bataller Plana

En poco más de seis meses, más de 50 funcionarios nacionales renunciaron o fueron echados. Muchos de ellos con cargos importantes, representando incluso acuerdos de cuotas de poder, que terminaron eyectados por alguna declaración que cayó mal.

En un país que se caracterizaba por un poder político que protegía hasta lo último a los propios, que todas las semanas se tenga que ir alguno, es una novedad.

Y se van por los más diferentes motivos, desde ir en contra del propio gobierno, hacer contrataciones poco claras o ser inútiles hasta por alguna declaración que cayó mal en redes sociales y un twittero termina siendo clave para que se eche a un funcionario.

Este miércoles, se fue el asesor Teddy Karagozian. En una entrevista había dado muestras de desacuerdo con algunas cuestiones del plan económico y el fuerte empresario textil fue eyectado de su cargo.

También se lo echó al subsecretario de Deportes, Julio Garro, funcionario proveniente del PRO. Tras el escándalo por los cánticos de jugadores de la selección, afirmó que Lionel Messi como capitán debería pedir disculpas. Esto les cayó mal a algunos de los twitteros libertarios y a la tarde ya había sido echado.

 “El gobierno tiene una narrativa muy potente, pero tiene falencias en su armado de equipo de gestión. El Gobierno busca trasladar a políticas públicas su gestión y que esto se ve dificultado por los permanentes cambios de equipos” opina Maximiliano Aguiar, el politólogo sanjuanino.

Para entender por qué ser funcionario nacional es una actividad de riesgo, hay que analizar la llegada de Javier Milei a la presidencia. No llegó dentro de una estructura política. No hizo todo el trayecto de militancia desde el barrio, el municipio, la provincia y luego el salto nacional. Poco y nada caminó las calles junto a quienes militaban una misma idea.

Milei empezó a hacerse conocido como columnista de temas económicos. Y se afianzó en las redes sociales. Incluso fue clave su discurso anticasta para llegar a contar con un fuerte apoyo que lo terminó catapultando a la presidencia. Es más, recién ahora su hermana Karina, está armando una estructura política nacional para poder tener sus propios legisladores. Tiene absoluta minoría en el Congreso, no cuenta con gobernadores propios ni con intendentes con su sello de La Libertad Avanza.

Llegar tan suelto de manos le permite también no tener “los códigos de la política” con sus funcionarios. Seguro que a muchos de ellos no los conoce o habrá hablado sólo en un par de oportunidades. Esta despersonalización en la administración del Estado, hace que no dude en echar a quien crea que no cumple a rajatabla lo que él quiere. Sin disidencias, sin críticas y con sumisión total.

El tiempo dirá si esta forma de manejarse da mejores resultados. A primera vista hace que la gran mayoría de quienes quieran conservar el cargo, prefieran no opinar, buscando evitar estar en la mira de algún twittero que tenga llegada al presidente. El Gordo Dan y su teclado pasa a tener más poder que un expresidente que contribuyó a la llegada de Milei, como Mauricio Macri.