• 8 de junio de 2024

Fin de época o pausa de acomodo

Fin de época o pausa de acomodo

POR MARCELO DELGADO

Los últimos 20 años que recorrió la economía argentina, estuvieron marcados por una creciente intervención estatal, fuerte dependencia de los recursos del campo y una dinámica de desarrollo endógeno, basada en sus mercados internos. El proceso permitió una fuerte presencia de la obra pública y un crecimiento del empleo como factores positivos. Pero al mismo tiempo, el deterioro de los salarios, producto de la inflación, la debilidad de la matriz productiva por la baja competitividad empresarial, la ausencia de un mercado financiero, entre otros, llevaron a indicadores lamentables con valores de pobreza e indigencia nunca registrados en nuestro país.

La llegada de un nuevo gobierno abre esperanzas y replantea posibilidades de alternativas. De hecho, Milei lleva al extremo en su discurso y praxis, dejando atrás años de políticas neo keynesianas, para sustituirlas por un liberalismo auténtico y puro.

Aplaudido por sus seguidores, pero también muy bien recibido por el mercado y los actores locales y foráneos de la economía; en sus primeros pasos, logró comenzar a domar el tipo de cambio primero, las tasas de interés, y un poco más tarde la inflación como parte de los males acumulados durante los últimos 20 años. No obstante, los resultados positivos en la macroeconomía no se ven reflejados en la vida de los argentinos. Crece la pobreza, se incrementa el desempleo y la recesión de la industria y el comercio, tiene características similares a las consecuencias de la pandemia en 2020. Los salarios y las jubilaciones siguen perdiendo contra la inflación y los incrementos de las tarifas y servicios, complican aún más a la empobrecida clase media y las empresas pymes.

Por otra parte, el retraso de la agenda legislativa, los cambios en el gabinete y los conflictos diplomáticos innecesarios, le ponen más incertidumbre a la transición. Los desafíos del gobierno son económicos, políticos y también urgentes, porque el actual deterioro socioeconómico lleva años desencantando a la sociedad.

Si cambió la política económica, ¿por qué no aparecen las inversiones, salen los dólares de los colchones y el mercado comienza a funcionar, luego de años adormecido?

Los agentes económicos exigen reglas claras y sostenibles en el tiempo. Los proyectos de inversión más promisorios requieren de dos a cinco años para comenzar a retornar el capital, y en otros casos, como proyectos industriales, energía o la minería, tienen horizontes de 15 a 30 años, o más. En ese marco, aún no están dadas las condiciones para que se vean las mieles de la gestión. Hace algunos días, consultado por Infobae, el Dr. Horacio Liendo, artífice de las reformas de los 90, decía: “Hay que dar una batalla cultural para no volver atrás”, en clara referencia a la necesidad del gobierno de sostener el modelo y avanzar en la agenda de cambios propuestos.

¿Será un cambio definitivo de época o sólo un tiempo de cambios? La respuesta estará en las decisiones de los agentes económicos.