• 5 de mayo de 2023

Las mujeres son las que más terminan el Secundario pero las que menos acceden a trabajos de calidad

Las mujeres son las que más terminan el Secundario pero las que menos acceden a trabajos de calidad

Los datos surgen a 17 años de la sanción de la Ley de Educación Nacional que prevé la escolarización obligatoria hasta el nivel Secundario. ¿Qué pasó en estas dos décadas?

Hace 17 años se sancionó la Ley de Educación Nacional mediante que implicó un hito al extender el tramo de escolarización obligatorio hasta el nivel Secundario. Desde entonces, ¿Cómo es el panorama? ¿Se expandió el nivel secundario en las últimas dos décadas? ¿Aumentó la proporción de jóvenes con secundaria completa? ¿Hay relación entre el nivel educativo alcanzado y el acceso a trabajos de calidad? ¿Hay diferencias asociadas al género?

Estas son las preguntas que se respondieron en el trabajo de investigación realizado desde CIPPEC y el Observatorio Argentinos por la Educación, llamado “Juventud, educación y trabajo”.

Acceso a la secundaria

Lo que pudo determinar la investigación es que en los últimos 20 años, el grupo etario de 13 a 17 años que asistían a la escuela secundaria, pasó del 78% al 88% en 2018 y hubo un salto al 92%  en 2021. Este aumento en la proporción de jóvenes en la secundaria se contrapone con la disminución de la proporción de jóvenes en primaria y fuera del sistema educativo.

Tanto en 2003 como en 2006, el 12% de jóvenes de entre 13 y 17 años asistía a la escuela primaria, es decir, que cursaban con sobre-edad. En el año 2018 y 2021 ese porcentaje disminuyó al 5% y 4% respectivamente. A su vez, los jóvenes en ese rango de edad fuera del sistema educativo representaban en 2003 y 2006 alrededor del 10%, mientras que en los años 2018 representaba el 6% y en el año 2021, el 3%.

Así las cosas, el estudio también analizó la terminalidad para llegar a la conclusión de que el porcentaje de jóvenes que finalizaron este nivel aumentó.  En 2003, el 58% de los y las jóvenes en ese rango de edad (13 a 17 años), había finalizado ese nivel, mientras que en 2018 ese porcentaje aumentó a 63% y en 2021 a 67%. Por otra parte, dado ese incremento, el grupo de 25 a 29 años también presentó un aumento en la proporción de jóvenes con al menos el secundario completo. Por otro lado,  en 2003, el 58% de jóvenes en ese rango de edad había finalizado ese nivel, mientras que ese porcentaje creció a 71% en 2018 y a 72% en 2021.

El género

En esta sección del informe que se analiza las tasas de terminalidad por género. En primer lugar, se observa para ambos grupos etarios una proporción más alta de mujeres con secundario completo o más que la proporción de varones con ese mismo nivel para todos los años analizados.

En segundo lugar, si bien todas las proporciones crecieron en el período analizado se observa que la proporción de varones con secundario completo o más creció más rápido que la de mujeres. Además. En el grupo de 18 a 24 años la tasa de terminalidad creció 10 puntos porcentuales entre 2003 a 2021, de 52% a 62% mientras que la de mujeres creció 7 puntos porcentuales, de 64% a 71%.

En el grupo de 25 a 29 años, la tasa de terminalidad de los varones creció 17 puntos porcentuales (de 52% en 2003 a 69% en 2021) mientras que la de mujeres aumentó 12 puntos porcentuales en el mismo período (de 64% a 76%). De esta forma se observa una disminución en la brecha de terminalidad por género en este grupo etario que era de 12 puntos porcentuales en 2003 y pasó a ser de 7 puntos porcentuales en 2021.

¿Qué pasa con el empleo?

Se considera que tiene un empleo de calidad a aquellas personas que trabajan más de 30 horas semanales en un trabajo que les realiza un descuento jubilatorio.  

En este sentido, en el estudio se comparó el porcentaje de jóvenes que tiene un empleo de calidad entre los que tienen secundaria completa y con el de los que no tienen secundaria completa dentro del grupo de 18 a 24 años. La brecha fluctúa entre 10 puntos porcentuales en 2009 a 6 puntos porcentuales en el año 2021. Cuando se considera al grupo de jóvenes entre 25 y 29 años, la proporción de jóvenes con empleo de calidad aumenta considerablemente, y a su vez, aumenta la brecha entre los jóvenes con y sin secundaria completa.

Por ejemplo, en el año 2018 la proporción de jóvenes con secundario completo que tiene un empleo de calidad fue del 13% entre los jóvenes de 18 a 24 años y del 33% entre los de 25 a 29 años. En el caso de los que no tienen secundaria completa, en 2018 el 8% tenía un empleo de calidad en el grupo de 18 a 24 años y 17% en el de mayor edad. Es decir, que la brecha se amplía a medida que aumenta la edad: pasa de 5 puntos porcentuales en el primer grupo a 16 puntos porcentuales en el segundo.

Ahora bien, el panorama cambia cuando se analiza el género. Este estudio determinó que el porcentaje de jóvenes varones con empleos de calidad es mayor tanto en el grupo con secundaria completa como en el de secundaria incompleta.

En el caso de las mujeres de entre 18 y 24 años, alrededor del 3% tiene un empleo de calidad cuando no completaron la secundaria mientras que ese porcentaje fluctúa entre 8% y 14%, dependiendo el año, cuando tienen secundaria completa.

En el caso de los varones en ese grupo de edad, el porcentaje varía entre 5% y 15% en el caso de secundaria incompleta y entre 13% y 26% en el caso de secundaria completa. En el caso de las mujeres entre 25 y 29 años, entre un 3% y 10%, en función del año, tiene un empleo de calidad cuando no tienen secundaria completa, mientras que ese porcentaje fluctúa entre 22% y 32% cuando tienen secundaria completa.

En el caso de los varones en ese grupo de edad, el porcentaje varía entre 11% y 33% en el caso de secundaria incompleta y entre 36% y 55% en el caso de secundaria completa.

Atendiendo a esto, se llegó a la conclusión que el sistema educativo secundario se expandió y tuvo su correlato en la terminalidad el nivel. Por ende, según el análisis que realizan los autores de este informe, la probabilidad de que los jóvenes accedan a trabajos de calidad es considerablemente mayor entre quienes terminaron el nivel secundario. Sin embargo, el panorama es menos alentador para mujeres que para los varones.