Desde hace ya largo tiempo, en especial en épocas de crisis, los distintos Poderes Ejecutivos han dispensado una muy especial atención presupuestaria a Salud, Educación y Seguridad; y está bien que así sea, pues son funciones esenciales del Estado.
Con idéntica razonabilidad, dentro de cada una de esas áreas, se ha privilegiado aquello que hace la atención primaria o, en su caso, al cumplimiento de su finalidad central.
Es decir, el presupuesto no se direcciona en sostener protocolos, burocracia comunicacional, Unidades o Direcciones que en lo central no impactan en serio y directamente a favor de la sociedad.
Entiendo, y así lo manifiesto, a partir de la vigencia del Sistema Acusatorio, y dado el modo de prestación del servicio, el Ministerio Público debe recibir idéntico tratamiento que el que se otorga a las fuerzas de seguridad, pues ambos concurren a brindar los servicios inseparables de justicia y seguridad.
Debe entonces comprenderse que, desde el 26 de febrero de 2024, la investigación de la totalidad de los delitos, están en cabeza del Ministerio Público Fiscal, el que concurre a lugares del hecho, allana, detiene, etcétera, etcétera, junto a la Policía las 24 horas todos los días del año.
Quienes miren la organización de cada Unidad Fiscal no verán ni un ápice de aparato administrativo burocrático, todas las personas que en ellas prestan servicios están vinculadas a la tramitación de casos, es decir, prima la razonabilidad.
Quienes analicen la situación advertirán que no se pide personal para llenar o crear oficinas o unidades administrativas burocráticas, sino que, por el contrario, se piden Fiscales, Ayudantes Fiscales, médicos, psicólogos y personal de apoyo para la tramitación de legajos, en otras palabras, para prestar servicio directo a los ciudadanos.
Que lo que digo está claramente consignado en las presentaciones hechas por cada Unidad Fiscal a la Corte de Justicia y que esta ha señalado como causa, o una de las causas, de su iniciativa legislativa pidiendo creación de nuevos cargos.
Ya lo hemos dicho antes de ahora, a nadie le parece mal la incorporación anual de cientos de efectivos policiales. A nadie debería parecerle mal el reclutamiento de nuevos Fiscales, Ayudantes Fiscales y personal de apoyo.
En síntesis, constituiría una buena práctica que el análisis sobre la necesidad de recursos humanos se hiciese estadísticas en mano, evaluando el modo de prestación de las funciones, las cargas horarias, etcétera, etcétera, de modo tal de evitar un injusto tratamiento del tema.
Para ello haremos llegar a las autoridades los elementos de juicios necesarios.
