• 8 de marzo de 2025

La economía aún está “renga”

La economía aún está “renga”

POR MARCELO DELGADO

Las patas de una mesa, las piernas de las personas, entre otros ejemplos, resultan básicos para la estabilidad, equilibrio y fortaleza del bien o ser del que se trate.

La economía práctica, entendida como las herramientas macro y microeconómicas que rigen un país o una región, resultan un elemento fundamental para la prosperidad de un pueblo. Sin embargo, es una condición necesaria, aunque no suficiente. Es una pierna que necesita de la otra, la “política”. Las reglas en una comunidad organizada, para que sean obligatorias y justiciables, deben estar sostenidas por leyes que emanan del Congreso y garantizadas por la Justicia, que es otro poder del Estado. El “Ejecutivo”, ejercido por el presidente de la Nación y sus ministros, tiene como tarea fundamental la administración general del Estado y debe gestionarlo articulado con los otros poderes del Estado y los actores relevantes de la sociedad civil.

La gestión y articulación de los intereses en pugna, es tarea de la política y los grandes cambios se producen cuando a más de los apoyos legislativos, se conforman “acuerdos fundamentales”. En nuestra historia reciente, podemos afirmar que, luego de la Guerra de las Malvinas, se produjeron fuertes acuerdos de toda la dirigencia para el retorno de la democracia. En 1994, el pacto de Olivos, celebrado entre Alfonsín y Menem, no solo dio pie a la reforma constitucional, sino que consolidó el sistema democrático y marcó un nuevo rumbo institucional.

En 2023, el pueblo argentino se manifestó de manera contundente en marcar el fin de un modo de gestión del estado, del ejercicio de la política y en un “pacto implícito”: le confió el poder a Javier Milei, que prometía un nuevo modo de gestionar “la cosa pública”. Y ni bien asumió, marcó diferencias notables referidas al gasto público, rol del estado, alineamiento internacional, entre otras gestiones de gobierno. El resultado también se reflejó en el mediano plazo, con bajas significativas en la tasa de inflación, retorno del crédito y una tibia reactivación. Con un alto grado de apoyo popular, a pesar de las medidas de ajuste, aún no ha logrado grandes acuerdos que sean la pata que equilibra a la economía. Ni bien asumió, sugirió un gran acuerdo que no se materializó. Luego, en la Asamblea Legislativa del 1 de marzo de 2024, anunció el “Pacto de Mayo”, con 10 puntos, que se celebraría en la Provincia de Córdoba, que no pudo dar a luz. El 8 de julio de 2024, en Tucumán se suscribió un documento que, en pocos días, cayó en el olvido. La relación con el poder legislativo es cada vez más tensa, no sólo por la ruptura con la “vicepresidente” de la República (hecho recurrente en nuestro país), sino también por expulsiones y desaires a legisladores de su mismo “palo”. Finalmente, iniciado el año 2025 y con algunas derrotas en las extraordinarias del Congreso, se metió con la Corte Suprema de Justicia, nombrando por Decreto dos miembros, cuando la Constitución Nacional prevé otros mecanismos. Sin lugar a duda, este escenario volvió a afectar a la economía, haciendo subir el riesgo país y retrasó las esperadas inversiones. El 2024, fue el año que triunfó de la economía; el 2025, ¿será el de la política?