• 1 de junio de 2024

Jorge Toro: “No tiene sentido discutir la baja de la imputabilidad sino se discuten las políticas públicas que aborden la complejidad del tema”

Jorge Toro: “No tiene sentido discutir la baja de la imputabilidad sino se discuten las políticas públicas que aborden la complejidad del tema”

Una entrevista de Juan Carlos Bataller y Juanca Bataller Plana

Hay un hecho concreto y es el aumento de delitos cometidos por menores, a lo que se suma la aparición en muchas ciudades del terrible flagelo del narcotráfico. A partir de ese momento hay sectores que piden la reducción de la edad de imputabilidad.

Si no queremos ser parte de proyectos alentados desde ámbitos simplificadores, es importante escuchas a quienes diariamente conviven con el fenómeno de actuar en casos donde los protagonistas son muy jóvenes. Uno de ellos es el juez Jorge Toro. Este es el resumen de una larga charla con el magistrado.

“Vamos a partir de una base, hay menores que cometen delitos tremendos, pero cuál es la solución y el tratamiento que se le debe dar es un tema donde  entra a complicarse la cosa”, dice Toró quien señala que “hace muchos años aparecen voces a favor de la baja de la imputabilidad, tal vez cada vez más, y algunas en contra esgrimiendo un montón de fundamentos, algunos pragmáticos, otros jurídicos, de naturaleza constitucional, anclado en un montón de miradas”.

>>> 

-Hay sectores que piden penas de acuerdo al delito que se cometen, independientemente de la edad.

-En realidad, siempre se pierde una oportunidad de superar una ley que es obsoleta; a la que se han agregado tratados internacionales y demás, y por normativas sobre todo procesales. Pero una deuda que tiene el país es el de adecuar la ley a los estándares de un abordaje que se ajuste a un adolescente en conflicto con la ley.

“El 76% de esas personas menores de 18 años que cometieron delitos no volvieron a cometer delitos. Quiere decir que en la mayoría de ellos, ha sido una cuestión episódica.”

-De cualquier forma hay que enfrentar una realidad que son los delitos que cometen los jóvenes…

-En línea con lo afirmado, que es real, lo que nosotros intentamos llevar adelante es un sistema de responsabilidad penal. Lo que buscamos es que un chico que comete un delito tome conciencia, haga un proceso de responsabilización y que en algunos casos, cuando  corresponda se aplique una pena. De hecho tenemos personas adultas que, han cometido delitos siendo menores y hoy están cumpliendo penas en el penal de Chismas, lo cual es todo un tema aparte porque deberíamos tener un ámbito diferenciado del adulto que comete delitos siendo adultos.

“Con excepción de un hecho reciente, nos teníamos que ir al año 2016 para encontrar un homicidio cometido por un menor”.

-¿Pero qué piensa usted de la baja de la edad de imputabilidad…?

-No tiene sentido discutir la baja de la edad de responsabilidad penal si no viene con la discusión de políticas públicas que aborden la complejidad del tema. Además hay que entender que la complejidad del tema tiene su particularidad territorial porque no es lo mismo la situación de San Juan y de muchas provincias con ciudades donde la incidencia del delito cometido por adolescentes es realmente grave y no se puede discutir.

-Lo que pasa es que en la ley no estaba contemplado el narcotráfico con el nivel que está país, conde los menores, incluso, son utilizados por gente que no tiene escrúpulos como ocurre en  Rosario, donde mandan a los chicos a cometer asesinatos.

-Yo voy a tratar de explicar algo que es complejo con algunos datos de lo que pasa en San Juan. Si tomamos las estadísticas que empezamos a tener fruto de generar primeros datos para después generar estadísticas, en San Juan en el año 2023 se cometieron 1800 delitos, o dicho de otra manera se le imputó la comisión de delito a personas menores de 18 años, en 1800 causas, de los cuales se identificaron 1200 autores.

-No son pocos…

-Sin embargo hay un dato que es bastante alentador, el 76% de esas personas menores de 18 años que cometieron delitos no volvieron a cometer delitos y no lo cometieron en el año 2023 ni 5 años antes ni tampoco en el periodo. Quiere decir que en muchos casos, en la mayoría de ellos, ha sido una cuestión episódica.

Cuales son las causas por las que puede o no reincidir?

-Seguramente lo que hizo que ese chico no vuelva al delito es que hay familia, es que hay escuela, es que hay salud, es que hay comunidad. Cuando están esos factores que son los que realmente acompañan a cualquier persona en desarrollo hasta llegar a la edad adulta y poder armar un proyecto de vida, existen mayores posibilidades de no reicindencia. Cuando esos factores no están hay una alta probabilidad que un chico caiga en el sistema penal. La evidencia es justamente la situación contraria. Nosotros tenemos un 20% que si tomamos el universo que recién mencionaba, son aproximadamente entre 80 y 90 chicos que tienen una alta reiterancia.

“Me niego a pensar que como sociedad no podamos dar respuesta para ese núcleo duro, reincidente, que son 80, 90, 100 chicos. Y no son más”.

-¿Y qué se hace con ellos?

-Son chicos que a pesar de que son inimputables, no significa que nosotros no iniciemos un proceso y no lo abordemos. Lo que no va a haber es respuesta penal, no va a haber pena, pero no quiere decir que el Estado no cuente con herramientas para hacerse cargo. Lo puedo decir de otra manera, yo como Estado no necesito que me bajen la edad de responsabilidad penal para ocuparme de ese chico. Lo que pasa es que la respuesta no va a ser la pena, no va a ser penal. Tiene que ser el sistema de protección de los actores que vienen trabajando en el tema.

-Ahora, ¿qué características tiene ese chico?

-La ausencia de todo lo que mencioné. Familias muy pobres, ausencia generalmente de familias monoparentales, mamás que escasamente llevan adelante estrategias de supervivencia, muchas vinculadas a situaciones que limitan con el delito. Chicos que se cayeron tempranamente del sistema escolar. Mucho policonsumo. Ese chico, por más que sea penalmente responsable, es muy difícil la respuesta porque los recursos existentes son escasos y requieren un pronto fortalecimiento.

-Una coyuntura difícil de superar…

-Voy a dar un ejemplo muy duro, estoy tomando decisiones como juez de mantener un chico en un dispositivo que está pensado exclusivamente para aquellos chicos que cometen delitos graves y que además tienen la edad de responder para poder abordar su situación de consumo. ¿Y sabe por qué lo hago? Porque si no lo hago, probablemente la comunidad que está harta de ese chico va a hacer justicia por mano propia. Porque ese chico generalmente queda cometiendo delitos dentro de la comunidad y ese chico colapsa a la comisaría, harta la comunidad. Además, lo puedo tener unos días, por ejemplo, en un servicio público de salud hasta que lo estabilicen pero lo tengo que volver a entregar.

-Entonces…

-Entonces, yo creo que todos los actores tenemos claramente identificado dónde está el problema. Lo que tenemos que hacer es animarnos a fortalecer los recursos. Y no digo que no hay recursos. Tenemos recursos que son muy valiosos. La provincia después de muchos años cuenta con lo que se llama, CAP. Hoy la provincia tiene un lugar diferenciado en las comisarías para alojar chicos que cometen delitos.

“En el 99% de los casos de chicos reincidentes está presente el consumo. Y la verdad es que el abordaje tiene que ser integral. El problema es cuando en su casa la droga es algo habitual”.

-¿Y qué interviene?

-La Secretaría de Seguridad a través de la Policía de la Comisaría del Menor, que es la que tiene el perfil más especializado y operadores de desarrollo humano, concretamente la dirección de MIE. Es decir, que cuando un juez ordena que ese chico sea trasladado hasta que decide su situación, ya no va más a una comisaría. Ya no está el comisario tratando de contenerlo ahí. Pero no lo puede mezclar con la población adulta que tiene provisoriamente en un calabozo. Está en un ámbito hasta que el juez pueda decidir.

-¿Y después?

-Lo que pasa es que volvemos a lo mismo. Yo lo puedo tener dos o tres días. Pero si no fortalecemos los recursos, probablemente lo tenga que devolver a la familia porque hay una reiterancia de delito de lo que nosotros denominamos baja intensidad. Que para el sistema penal específicamente no hay interés porque es la Bagatela. Es el delito cuya pena o es una falta de contravención o no alcanza a ser un robo, un hurto, cuya pena es inferior a los dos años. Pero repercute mucho en quienes sufren esos delitos.

-¿Los tienen identificados?

– Lo tenemos identificados mucho antes de que sea penalmente responsable, pero nos está faltando decisión política hace mucho tiempo. Esto no es de ahora. Y yo estoy absolutamente convencido que el marco normativo nos permite hacer sin necesidad de bajar la edad de responsabilidad penal.

-¿La droga tiene relación con la reiterancia?

-En este chico de alta reiterancia está presente, diría, en el 99% el consumo. Y la verdad es que el abordaje tiene que ser integral. Porque yo, por ejemplo, genero una cama, pero si paralelamente no trabajo con la familia, ese chico va a volver a consumir. Cuando un chico comienza a consumir a los 10 años seguramente la droga en su casa es algo habitual. Entonces el problema es mucho más difícil porque donde uno se puede basar para sacar ese chico de droga, está con el mismo problema.

–Entonces…

-Hoy la provincia no cuenta con un ámbito para asegurar el acceso a un tratamiento con un chico de este perfil. Porque la mayoría de los espacios requieren lo que se llama adherencia, voluntad. Y la realidad es que en estos chicos no está. Y muchas veces todo ese trabajo se pierde porque la familia no sabe generar factores de protección para que ese chico no vuelva a consumir.

-También hay hechos graves…

-Hay datos muy importantes. Salvo el hecho que es público del que me tocó intervenir, nos teníamos que ir al año 2016 para encontrar un hecho grave en la provincia de San Juan cometido por un imputable, concretamente un homicidio. O sea, son realmente excepcionales estos hechos en la provincia. Lo que tenemos es chicos con alta reiterancia de delitos que en principio son de mediana intensidad que no va a haber una respuesta penal por más que por la edad le van a responder porque hay dos parámetros, la gravedad del hecho y la edad. Porque estos proyectos incluso están pensados, la baja, para delitos graves. Entonces tampoco nos responde la realidad nuestra.

“Cuando abordamos la realidad del chico, nos encontramos con chicos que ya han terminado la primaria pero no saben leer y escribir. No solo están en conflicto con la ley: no saben ni hablar ni comprender un texto”.

-Lo que pasa también es que estamos sobresaturados por una televisión de Buenos Aires que nos pinta la realidad del conurbano bonaerense que no tiene nada que ver con la realidad de San Juan.

-No, absolutamente. De hecho, este es el desafío. Porque un legislador nacional tiene que legislar una ley para todos. Pero también tiene que ser consciente que cuando esa ley se ejecuta en la provincia, la responsabilidad de que se puedan cumplir los fines de esa ley es de la provincia. Porque son delitos cuyos competencias son de los jueces y del sistema de la protección de la provincia. Entonces, por ahí decir, bueno, adhiero a esta mirada, pero también tengo que ser consciente que voy a legislar para una ley que tiene que ser aplicada y que demanda una mirada mucho más integral que solo detenerse en la imputabilidad.

-¿Qué pasa con el chico que delinque en su relación con la escuela?

-En eso la experiencia es práctica. Hay distintas cosas. Por ejemplo, que a un chico se le aplique lo que se denomina una medida socioeducativa, que es la medida previa a una pena, no debería impedir que el chico se le cercene en el derecho a la educación. Voy a dar un ejemplo. Yo, por un hecho que tiene cierta gravedad, dispuse la semana pasada que un chico tenga que estar transitoriamente hasta que avance en la investigación y después, una vez que dicte lo que se denomina el autoprovisorio de responsabilidad, aplíquelo la herramienta propia a la especialidad que es la medida socioeducativa. Esa medida, que puede ser privativa y libertad y que hoy se cumple en el Nazario, debería no impedirle al chico estudiar. Tenemos, por suerte, equipos técnicos. El equipo técnico se constituyó en la escuela y la escuela se comprometió que mientras durara la situación de ese chico le iba a garantizar el derecho a la educación. Porque hoy tenemos herramientas tecnológicas que lo permiten. Hoy el chico puede recibir clases por Zoom como también puede ser evaluado. Porque, por ejemplo, Nazario Benavides tiene terminalidades primarias. Y hay un tema que quiero marcar para que analicemos lo complejo de la situación.

-¿Qué resultados tiene la escolaridad?

-Hay cosas que uno nunca imaginó ver. Cuando abordamos la realidad del chico, nos encontramos con chicos que ya han terminado la primaria y no saben leer y escribir. No solo están en conflicto con la ley. O sea, no saben ni hablar ni comprender un texto. Entonces, cuando uno lo quiere acercar a un proceso de entrenamiento para el trabajo es imposible que lo aprendan. No son chicos que se cayeron del sistema educativo pero no aprendieron a leer y escribir.

-¿Estamos ganando o perdiendo  la batalla  contra la delincuencia juvenil?

-Creo que tenemos desafíos enormes pero, yo soy muy positivo en esos números. Que la mayoría de los chicos no queden en el sistema penal es muy positivo. Y no quedan porque hay familia, hay escuela, hay deporte, todavía hay comunidad que se compromete. Y me niego a pensar que como sociedad no podamos dar respuesta para ese núcleo duro que son 80, 90, 100 chicos. Y no son más.