• 26 de agosto de 2022

Insumos para vestir la botella de vino, lo que más subió por el efecto dólar

Insumos para vestir la botella de vino, lo que más subió por el efecto dólar

Desde el capuchón, el corcho, la botella hasta la etiqueta, sufrieron notables incrementos de precio en los últimos meses. ¿Cómo impacta este panorama en el precio final del vino?

Si bien, el buen precio del vino este año significó una bocanada de aire fresco para los bodegueros locales, que en muchos casos también son productores, la escalada del dólar y las complicaciones con las importaciones de insumos hizo que el buen panorama pueda opacarse.

Es que es muy alta la incidencia del precio de los insumos en la estructura de costos de una botella de vino. Se puede decir que, mientras que el contenido explica solamente el 30% del eslabón, la botella, el 15%; etiquetas, corchos, capuchones, caja para las botellas, el 20%; el embotellado, el 5%; flete interno 4% y el resto responde al almacenamiento, logística e impuestos.

En el caso del vino tinto en tetra, la elaboración y el fraccionamiento solo representan el 12% de los costos, mientras que más del 24% responde a insumos. De todos modos, en este sector, los bodegueros se están enfrentando a problemas con la importación de la caja blanca. A esto se suma el conflicto con la escases de botellas de vidrio que tiene más de un año y medio y ahora solo mejoró pero para envases de vino de alta gama

El panorama es tan complicado que por ejemplo, en los últimos meses, solo el precio del bozal, que es la chapa que se coloca en las botellas de “espumantes”, incrementó su precio en euros más del 134%. A esto se le suma la variación de la cotización de esta moneda.

Todo esto se tradujo en el incremento del precio final de una botella de vino que, según la Cámara de Bodegueros de San Juan, en lo que va del año fue más del doble.

De todos modos, desde el sector aseguraron que el lado positivo es que por el efecto pos pandemia, el incremento de turismo en la provincia y la vuelta de los restaurantes, el consumo de vino en botella no cayó, sobre todo en los vinos de precio medio.

En lo que va del 2022, las botellas de vidrio tuvieron un incremento mayor al 60%, a esto se le suma el problema del abastecimiento. El inconveniente es, según los referentes del sector, el impacto de la suba del dólar en el ámbito nacional, tomando en cuenta que la mayoría de los elementos proviene del exterior, sumado al fenómeno del aumento del valor del dólar en el mundo. Por ejemplo, una botella para vino de gama media que en góndola puede costar unos 600 pesos, la botella cuesta casi 50 pesos. Además, los bodegueros no están consiguiendo cantidad suficiente para atender el mercado.

Las cápsulas o capuchones subieron hasta un 15% en dólares en lo que va del año. El millar puede estar hasta 65 dólares. Mientras que las etiquetas subieron hasta un 35%, hay casos en que llegan a costar 2 euros cada una.

 Lo mismo sucede con la contraetiqueta, donde se consignan datos sobre el establecimiento elaborador a la vez que se hace una pequeña descripción del producto, como zona de elaboración y características del vino, tienen un costo de al menos 1 euro por unidad.

Por su lado, el corcho se incrementó hasta en un 20% en lo que va del 2022, y el millar puede estar costando hasta 140 dólares. Mientras que el costo del cartón, que se utiliza en las cajas de embalaje, a razón de 6 botellas por cada una, subió en promedio un 40% en los primeros 6 meses del año.

Esto se traduce en el precio final de algunos vinos cuyo precio este año ya tiene un incremento que puede ir del 35% al 100%.

Impuestos

Un estudio elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) revela quelos impuestos representan aproximadamente el 43% del precio que el consumidor abona en góndola por el vino tinto tetra y la botella gama media-baja de 750 centímetros cúbicos (cc). Por su parte, el viñatero –productor primario– sólo explica el 9.4% y el 5.8% del precio final, respectivamente.

En alza

Según los datos que maneja el INV, el consumo de vino en Argentina sigue la tendencia alcista en el primer semestre del 2022, se comercializó más volumen respecto al mismo período del 2021. Por ejemplo, en un solo mes, en mayo pasado, se envió al mercado interno 4,4 millones de litros más que el mismo mes del año anterior. Los vinos espumosos fueron los que más crecieron, con un 18,9% más que al año anterior.

ANDRÉS BERZENKOVICH-CÁMARA DE BODEGUEROS DE SAN JUAN

“Muchas veces se sale a raya”

-¿Cómo es el panorama 2022 con respecto a la comercialización del vino?

-Empezamos el año con un respiro, por el buen precio del vino, de materia prima. Y como la mayoría de las bodegas son productoras, eso fue un sorbo de agua fresca en el calvario de los últimos años. Pero está otra realidad, por mejor precio que hubiéramos conseguido, la cosecha pasada se licúa con la inflación. A nivel bodega, es una locura los precios de los insumos que se incrementan exponencialmente en euros o dólares.

-¿Cómo impacta eso en el producto final?

-Y no hay forma de absorberlo, sí o sí tiene que ir al precio, porque los márgenes se vienen reduciendo hace años en la industria, ya hay márgenes muy pequeños. El incremento del vino también impacta en el precio. Pero el problema es más que nada conseguir los insumos en muchos casos.

-¿Cuáles son los más complicados?

-Las cajas blancas están difíciles de conseguir stock, y en cuanto a las botellas de vidrio, mejoró un poco  en las más caras, las más pesadas. Pero en volumen seguimos fraccionando igual, es decir lo que podemos conseguir en el mercado. Así es que todo lo bueno que puede pasar se opaca con esto. En los últimos años la inflación va creciendo sin parar y no tenemos el ejercicio para adecuarnos. Uno cosecha una vez al año y hay que guardar ese producto todo el año, entonces la planificación se hace complicada. Muchos, en varias oportunidades a veces salimos a raya.

-¿Cuánto incrementó el precio del vino este año?

-El doble y en algunos segmentos más. En cuanto al incremento del insumo, también hay que ver qué gama de vino es porque a más alta, más caro todo. De todos modos, lo bueno, se mantiene el consumo de segmentos medios y altos, y bajó el consumo de vinos más baratos. Creo que tiene que ver con un efecto pandemia, con la vuelta de la actividad de restaurantes, e incluso con el incremento del turismo en la provincia.