- 14 de septiembre de 2024
¿Por qué el dólar baja y los precios suben?


POR MARCELO DELGADO
El primer día del año 2024, el dólar oficial cotizaba a $847,11; y el Blue o paralelo a $1.205. Promediando el mes de setiembre, el dólar oficial está en torno de los $ 978 y $1.270 el paralelo o Blue. Esto implica que el valor del tipo de cambio formal creció un 15,45% en los primeros 8 meses del año, y el paralelo el 5,40%. Estos indicadores serían altamente satisfactorios, comparados con la historia de los últimos 20 años, al menos, si no tenemos en cuenta la inflación en idéntico periodo.
El incremento promedio de los precios al consumidor hasta agosto superó fue el 90%; en algunos rubros, algo más del 100%.
Esto deja en evidencia que el “ancla cambiaria”, como mecanismo para controlar la inflación, no ha sido el mejor instrumento de política financiera. Los sectores exportadores se quejan a gritos por el retraso del tipo de cambio, los importadores se quejan por el alto costo del billete para importar (afectado por el impuesto país, que se redujo en setiembre). El turista encuentra carísima a la Argentina (al tipo de cambio oficial) y los argentinos que viajan al exterior, pagan más de $1.500 pesos por billete. Los inversores del exterior se muestran cautos a la hora de traer capitales, por los altos costos internos del país.
Entonces, la gran pregunta es: ¿el dólar está retrasado o los precios están alterados?
La primera respuesta podría ser: ambas cosas, Sin embargo, el gobierno sostiene que el valor de los tipos de cambios va a confluir en el oficial, y que los precios deberán ceder, hasta encontrar el equilibrio, momento en el que se podría salir del cepo. Aunque también se requieren niveles más altos de reservas, para mantener una moneda que no supere el ritmo de la devaluación del 2% mensual.
En esta hipótesis, ¿los valores de las cosas, bajarán hasta el punto de darle competitividad al tipo de cambio? La respuesta en general es NO. Algunos bienes industriales tienen niveles de escala productiva, que podrían responder a esta lógica. Pero las cadenas de logística, distribución y comercialización, todavía exhiben fuertes deficiencias y altos costos operativos, que terminan castigando los precios. El costo financiero, que cargan a los medios de pagos, como tarjetas de débito o crédito, todavía se mantienen en niveles de inflación de tres dígitos. El peso de la carga fiscal, laboral, y previsional, es otro factor que presiona en los costos productivos y de los servicios. Finalmente, muchos productos tienen una oferta limitada, con demanda creciente, lo que hace que los precios, suban por exceso de demanda, alterando la lógica de “un valor razonable o competitivo”. Estos aspectos, entre otros, explican porque a pesar de un dólar planchado, los precios crecen, aunque a un ritmo menor; pero siempre hacia arriba. Hasta que todas las variables que afectan al valor de las cosas, entren en un ritmo de “razonabilidad”, tendremos precios de primer mundo, con ingresos de tercero.