Desde un sector del periodismo nacional se refieren a una ex Presidenta como ladrona, corrupta, mentirosa, extendiendo esas descalificaciones a quienes forman parte de su sector.-
Desde otro sector antagónico definen al Presidente de la Nación como psiquiátrico, antipatria o fugitivo de la realidad, haciendo lo propio con sus seguidores.-
El mismo día en la Provincia de la Mendoza un grupo insulta a los Fiscales aduciendo que son “feministas”, en tanto a los 100 metros, otro grupo autoconvocado los insulta por ser “machirulos” al darle la libertad a los deportistas franceses.-
En Corrientes, con toda liviandad, le piden la renuncia al Gobernador por el caso Loan, como si él fuese el encargado de la investigación, o para peor, el encubridor de un delito.-
Un dirigente social le recomienda a un ex Presidente públicamente que se suicide previo a pedir perdón a su ex-esposa e hijos.-
En San Juan se juntan 50 personas defendiendo a imputados de violencia de género o abusos sexuales, y piden las renuncias de Fiscales, Jueces y Profesionales, mutando su condición de victimarios a víctimas, todo previo a acusarlos de corruptos y/o vagos.-
Al parecer todo vale por un minuto de fama o por un puntito de rating, es más, la cosa viene para el “revoleo” de agravios.-
Es que el problema, el gran problema que trae aparejada la violencia, es que la mentira o que las formas valgan más que la verdad y que el fondo, que el palabrerío cotice más que los conceptos.-
Lo rescatable de todo es que en definitiva toda esa “porquería”, si bien sirve, a veces, para destruir al otro, no es útil para crear liderazgos.-
Lo pertinente es no quedarse callado, caso contrario, todos se animan a agraviar.-
La violencia, es sabido trae más violencia, y la peor de ella, la más peligrosa, está dada cuando se normalizan los insultos, las conductas violentas, y eso está pasando.-