- 17 de agosto de 2024
Y si la economía mejora…


POR MARCELO DELGADO
Desde el regreso a la democracia en 1983, los argentinos nos perfeccionamos en navegar las crisis. A veces nos sorprenden, otras se ven venir; pero en la mayoría de los casos, tenemos plan B para ir “zafando”. El miedo no es sonso, y el que se quema con leche, ve una vaca y llora. Por eso somos afectos a ahorrar en dólares, inmuebles, tomar créditos sólo subsidiados por el gobierno, y hacer planes de muy corto plazo entre otras prácticas. Preferimos un sueldo fijo a emprendimientos de riesgo.
Sin embargo, nos preparamos muy poco para los momentos de mayor prosperidad. De hecho, no los registramos como tales. Cuando se va superando una crisis, estamos realizando los cálculos y tomando previsiones para la próxima. De este modo, la mayoría de las empresas argentinas y los emprendedores dividen sus energías, ahorros y proyectos, entre las oportunidades y las amenazas.
En los 90, el giro de la política económica, en un contexto democrático, caracterizó un modelo de país con un largo periodo de estabilidad monetaria, crecimiento económico, y también profundas reformas institucionales. Al mismo tiempo, economías regionales, la industria nacional y muchos sectores de servicios personales, perdieron competitividad y a poco de cumplir 10 años, colapsó el plan monetario, y con ello una forma de producir y distribuir. Brasil, por ejemplo, hizo algunos ajustes y correcciones y mantuvo el ritmo de crecimiento, a pesar de los distintos colores de gobierno.
La gestión de Milei llega con mayores pretensiones comparado con los 90, y a pesar de su minoría parlamentaria, escasa presencia en las provincias y la ausencia de una sólida estructura política avanza sin prisa, pero sin pausa, en un modelo alternativo al neo keynesianismo que caracterizó los últimos 20 años. El cambio abrupto de rumbo profundizó las consecuencias de un modelo agotado, y llevó todas las variables de desarrollo al piso y la dolorosa pobreza al techo. No obstante, al cabo de 8 meses de caída, cerca de la mitad de los argentinos sostienen la esperanza y soportan el golpe. Con la ley Bases aprobada, el decreto 70/2023 en vigencia y la reforma del estado en marcha, la gestión nacional tiene las herramientas que reclamó como necesarias para volver a crecer.
Los riesgos y amenazas llenan las columnas de economía y los conocemos de memoria. La pregunta entonces se orienta a responder: ¿Qué pasa si la economía comienza a mejorar? El 2024 será un año para el olvido, pero el último trimestre podría marcar un quiebre en la tendencia, y marcar el comienzo de salida, no sólo de la crisis profunda, sino un nuevo modelo, para superar años estancamiento. ¿Tenemos un plan B para una economía que se abre al mundo, comienza a recibir inversiones, impulsa los mercados internos y externos, moviliza capitales, crédito y todos los factores productivos? ¿Cuál es tu plan?