- 8 de febrero de 2025
Cambios en la “macro”. Expectativas en la “micro”


POR MARCELO DELGADO
A poco más de un año de la llegada de Milei al gobierno, existen más certezas y claridad respecto del rumbo de la economía. El control del tipo de cambio, la baja de la inflación, el sinceramiento tarifario, la apertura de la economía, el ajuste del gasto público, la reforma estatal, entre muchos otros temas, ya no son promesas. La realidad es que el “modelo económico” cambió significativamente de horizonte, y que las nuevas reglas exigen renovadas conductas.
El crédito, desde el último trimestre del año pasado, comenzó a impulsar el consumo, recuperando espacio perdido desde hace tiempo, y la baja de tasas motivó la posibilidad de comprar en cuotas, impactando especialmente en la venta de autos y motos, que en enero pasado llegó a los niveles de 2018.
De este modo, podemos afirmar que la macroeconomía comienza a encontrar su ritmo. El acuerdo con el Fondo Monetario, la salida del cepo y un nuevo orden fiscal (programa impositivo) resultan urgentes para completar el modelo propuesto, y que las reglas económicas se perciban estables en el tiempo.
En el frente de la “micro”, las inversiones de pequeña escala ya se pueden apreciar. Algo en el sector de la construcción privada, el comercio y los servicios, recomponiendo estructuras obsoletas y las economías regionales, se debaten entre los precios internacionales, los costos de producción y las contingencias climáticas. Pero continúan las expectativas e inquietudes. Si bien muchos han accedido al crédito, todavía son préstamos para paliar deudas o recomponer capital de trabajo. No se ven en el horizonte cercano grandes inversiones, la explosión del RIGi, o la llegada de capitales de riesgo con planes de mediano y largo plazo, Por otro lado, la apertura de la economía pone luz amarilla a muchas industrias que venían gozando de protecciones. Con un tipo de cambio regulado por el BCRA y definido como “ancla inflacionaria”, cuesta mucho a la industria local competir con otros países de la región. Indumentaria, electrodomésticos y tecnología en moneda dura, duplican los valores de los vecinos. Los servicios en Argentina hoy son muy caros y cuesta reflotar el turismo local y nacional. Las consecuencias de esta “pausa activa” de la microeconomía, es en forma directa e inmediata, la demora en la recuperación del empleo formal y el lento y pobre poder de compra del salario.
Al final de las vacaciones, nos vamos a encontrar con las tarifas de luz del verano, los gastos “tarjeteados” de fin de año y el receso, el comienzo de las clases, la renovación de los contratos de alquiler, entre otros gastos. Con sueldos atrasados, será difícil que se mantenga la recuperación del consumo y se pueda romper la inercia de la prolonga crisis nacional.
El 2024 será recordado como el año bisagra, entre un modelo neo keynesiano con altas tasas de inflación y una economía cerrada, a un sistema estable y de baja intervención estatal. En 2025, ¿podremos afirmar que, al cierre del primer cuarto de siglo, la micro economía argentina, comenzó a florecer, se impulsó el empleo, se recuperaron los salarios, y entonces, bajó la pobreza y mejoró nuestra calidad de vida? Espero que sí.