- 20 de julio de 2024
Cada vez son más los viejos pero nadie sabe qué hacer con ellos

Los censos sirven para proyectar los años por venir.
El de 2022, el último conocido en nuestro país, nos dejó datos muy interesantes
>El número de habitantes creció casi un 15% en los últimos 12 años, por lo que hoy somos 45,8 millones de personas.
>En línea con los parámetros estadísticos globales, en Argentina también hay más mujeres (52%) que hombres (48%), aunque esa tendencia difiere según la edad, ya que hasta los 19 años inclusive son más los varones.
>Justamente las mujeres son amplia mayoría entre los adultos mayores, especialmente después de los 90 años. Sólo uno de cada tres mayores de 90 es varón.
>El crecimiento poblacional más alto de los últimos 12 años se registró en la Patagonia, la región más despoblada del país. Entre sus seis provincias, el Sur argentino acumuló una media de incremento poblacional del 21,5%.
>Cuyo fue la segunda región que más creció en los últimos 12 años con un 19,5% más de población, según los datos del censo.
>En Cuyo, San Luis fue la provincia que más aumentó registró (25%), seguida por San Juan (19%) y Mendoza (17%).
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Pero hay un dato aun más interesante de analizar-.
>Las franjas etarias de 90 a 94 años y de 95 a 100 fueron las que registraron un crecimiento más alto: casi se duplicó la cantidad de población de estas edades en los últimos 12 años.
>El censo reveló que la población argentina está envejeciendo. El descenso de los nacimientos en la última década (incluso por debajo de las proyecciones oficiales) y el aumento de la expectativa de vida en los adultos mayores son los dos principales motivos de este fenómeno que se repite en muchos países del mundo.
>Los números oficiales indican que hay 2,8 millones de niños menores de cinco años en 2022, casi medio millón menos que en 2010. Pero ese número incluso se extiende a 850.000 niños menos de lo que había proyectado el Estado en el anterior censo para esa fecha.
>Los expertos consultados coinciden en que el retraso de los adultos en formar una familia con hijos y el acceso a distintos métodos anticonceptivos son los principales motivos que explican este fenómeno.
>La franja etaria que comienza con los recién nacidos y termina en los niños de hasta cuatro años es la única que no creció en toda la pirámide poblacional argentina en la última década.
>El envejecimiento de la población argentina está directamente relacionado a una caída pronunciada de la fecundidad. Un estudio realizado el año pasado indica que la cantidad de embarazos se redujo un 34% entre 2014 y 2021, el descenso más brusco sobre este indicador desde que hay acceso a este tipo de datos.

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El envejecimiento de la población se mide con un índice que calcula la cantidad de mayores de 65 años por cada 100 habitantes que tienen hasta 14 años. Ese índice registró a nivel nacional en el Censo 2022 el máximo aumento en los últimos 50 años. Se duplicó desde 1970 (24 puntos) y pasó de 40 a 53 puntos sólo en la última década.
>La Ciudad de Buenos Aires es el distrito con el índice más alto de envejecimiento poblacional. Este indicador creció a 117 puntos en 2022 en la Capital, lo que representa que un 17% de los porteños son mayores de 65 años.
>La diferencia de la Capital es amplia con otras provincias que también registraron una alta población de adultos mayores, como Santa Fe, La Pampa y Córdoba, pero en esos casos ninguna supera el 12%.
>El envejecimiento poblacional tiene ya consecuencias presupuestarias para el Estado. Casi 8,5 millones de argentinos, cerca del 19% de la población total, percibían algún tipo de jubilación o pensión hasta el año pasado.
>En Capital Federal, Formosa y Córdoba el porcentaje de población que cobra algún tipo de jubilación o pensión supera el 20%. Aunque ese número irá subiendo en la mayoría de los distritos durante los próximos años con esta tendencia general al envejecimiento.
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A este ritmo, en el futuro habrá menos gente trabajando y habrá más adultos mayores.
El Indec dice que ya hay 15.491 personas con más de 100 años en la Argentina. Para 2040, se espera que sean más de 40.000.
Según el censo 2022 había ya 220 mil mayores de 90 años. Es más, los mayores de 65 superaron a los menores en 15.
Vivimos un mundo de viejos con caducidad postergada.
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Ya los diarios no dicen que “don Tomás de 53 años, murió tras sufrir los embates de una larga dolencia”.
Don Tomás Moderno sobrevivió hasta pasados los 80.
>En algunos casos lo hizo con una excelente calidad de vida y con ahorros o una buena jubilación que le permitió continuar en el mercado de consumo aprovechando las ofertas del turismo de bajos precios.
>En otros casos don Tomás Moderno no tuvo la misma suerte y aunque no murió a los 60 se sumóal grupo de parkinsonianos, arteroescleróticos, desmemoriados seniles, siempre devoradores de una inmensa gama de medicamentos.
>Pero en la mayoría de los casos don Tomás no es uno ni el otro sino un simple mortal que advirtió que la jubilación no le alcanzaba para vivir, que tenía 20 o 25 años por delante, que nadie da trabajo a un mayor de 60 y que en muy pocos casos podía recurrir a la ayuda de los hijos.
Ese fue el momento en el que don Tomás Moderno comenzó a internarse en un inmenso desierto sin oasis a la vista.
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La solución no puede seguir siendo la eterna y fácil reducción de las jubilaciones.
Habrá que ser un poquito más imaginativos y pensar en la generación de ocupaciones y puestos de trabajo reales en el universo de la Imaginación artificial.
Y sobre todo invertir mucho en la educación de niños y niñas que están creciendo sabiendo que más del 56% de los menores de 14 años vive por debajo de la línea de pobreza, según los últimos datos del Indec y en el futuro van a tener que sostener una población mucho más envejecida de lo que tenemos hoy.