- 8 de febrero de 2025
¿Alguna de las empresas que difirieron le mandó una tarjeta de fin de año?

¿Alguien le informó sobre la cantidad de hectáreas abandonadas por empresas foráneas que aprovecharon los diferimientos impositivos y abandonaron los cultivos, además de inventar empresas fantasmas para que no les pudieran reclamar lo que evadieron?
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Es realmente absurdo que se haya hecho una autollamada Promoción Agrícola, a lo que en realidad fue un simple diferimiento del pago de impuestos, para grandes empresas.
Esas empresas, en su mayoría. no eran sanjuaninas y `poco sabían de producción agrícola.
¿Sabe lo que es peor?
Los sanjuaninos no podemos echar las culpas a la Naciòn.
En el régimen de San Juan como en las otras provincias beneficiadas, las autoridades de aplicación establecidas fueron los poderes ejecutivos provinciales, que también fueron los encargados de verificar todo lo concerniente a los proyectos, como el plan de inversiones y de producción y los plazos y condiciones establecidas en el beneficio otorgado.
También eran los encargados de imponer sanciones ante el incumplimiento de las obligaciones establecidas por la norma.
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El régimen otorgaba a los beneficiados las siguientes franquicias: diferir el pago de las sumas que se debían abonar en concepto de Impuestos a las Ganancias sobre los Capitales, sobre el Patrimonio Neto, y al Valor Agregado, siendo el monto total a diferir igual al setenta y cinco por ciento (75 %) de la aportación directa de capital, pudiendo ser imputado a cualquiera de los impuestos indicados anteriormente, devolviéndose los montos diferidos en cinco cuotas anuales y consecutivas a partir del sexto año posterior a la puesta en marcha del proyecto.
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¿Sabe cuánto difirieron? Se habla de 900 millones de dólares.
Con una inversión de esa magnitud San Juan tendría que ser California. No solo no invirtieron lo que prometieron. se asegura que en el mejor de los casos invirtieron sólo 300 millones incluidas las coimas que pagaron.
Y, lo que es tanto o más grave, la mayoría no devolvió el dinero al Estado o lo hizo a valores irrisorios.
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Entre 1990 y 2000 se aprobaron 439 proyectos de diferimiento entre los cuales había 15 pecuarios.
En el medio se enriquecieron algunos ingenieros agrónomos, hicieron buenos negocios ciertos escribanos que cerraron los ojos cuando era fácil advertir que se mentían las cifras de compra de terrenos y fundamentalmente hicieron tremendas diferencias funcionarios que montaron verdaderas empresas destinadas a facilitar la posibilidad de contar con un diferimiento.
Un círculo que se cerró cuando se autorizó a las empresas que difirieron a formar nuevas sociedades fantasmas a las que transfirieron los pasivos.
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Las consecuencias de todo esto están a la vista. Campos en su gran medida abandonados, peones rurales viviendo de changas o de subsidios del Estado, intermediarios que desaparecieron y el triste espectáculo de ver como lo que podría haber sido un vergel vuelve a ser un desierto.
Sólo quedaron los emprendimientos de las pocas empresas sanjuaninas que invirtieron. Las grandes empresas que difirieron y que se dedicaban a negocios que nada tenían que ver con el agro, ni siquiera mandan una tarjeta deseando feliz año a los sanjuaninos.