- 25 de mayo de 2024
A San Juan le va mejor con armonía política
Por Juanca Bataller Plana
En la Nación, durante gran parte del nuevo milenio, hay una grieta que se va ampliando.
El principal objetivo de un sector es eliminar al otro. Incluso, dialoguistas que buscan tender puentes ven dinamitados sus trabajos constantemente.
Y es así que la mayor parte del tiempo se pierden esa tirantez que obliga a pelear palmo a palmo cada cuestión planteada.
En San Juan, la última época de grave conflictividad –que las tuvo y en gran cantidad en su historia- se dio en 2002. En medio de una gran crisis económica, el entonces gobernador Alfredo Avelín fue destituido. A partir de ahí, con Wbaldino Acosta completando su mandato, los tres periodos de José Luis Gioja, los dos mandatos de Sergio Uñac y la actual gestión de Marcelo Orrego, primó el diálogo antes que los palos en la rueda.
¿Por qué es importante la armonía política?
Si nos asumimos como una provincia con un Estado que depende de la Nación, que encuentra en la minería la posibilidad de dar un salto económico que lamentablemente no lo pueden ofrecer las otras actividades tradicionales, sería muy fácil dinamitar la paz social.
Un ejemplo es Misiones, con los estatales en la calle y dispuestos a seguir protestando si no hay un fuerte aumento. Y no es que cobren más que en San Juan.
Si la oposición busca poner estatales en las calles –la gran mayoría fueron nombrados por gobiernos peronistas- se paralizaría la provincia.
Otro ejemplo es Mendoza, que no puede tener minería a pesar de la decisión fuerte de quienes los gobiernan en la actualidad. Tanto se utilizó como bandera política vilipendiar la actividad que, ahora que necesitan inyección de esos capitales- no tienen licencia social.
Siguiendo con los ejemplos, también se utilizó como forma de hacer política, el apoyo a grupos antimineros en La Rioja. Hoy en día, sin actividad minera, el Gobierno Provincial saca unos bonos para pagar sueldos y no puede hacer frente a los pagos de los créditos tomados.
San Juan tiene licencia social, en parte, porque las fuerzas políticas más influyentes en la provincia, vienen apoyando la actividad desde hace años.
Algunos con mayor énfasis, otros un poco menos, siempre tuvieron en claro que el 97% del territorio provincial son montañas y se necesita actividad minera.
Marcelo Orrego tiene un perfil conciliador. Ha logrado formar una mesa minera con las provincias vecinas, incluida Mendoza. Invitó a Córdoba. Y logró presidir la actividad. Muestra como principal activo a la hora de sentarse en la cabecera que la provincia es prominera. Esto le permite ser la voz principal para negociar con la Nación y con quienes quieren invertir.
No es un tema menor. Tuvo a la principal autoridad de la minería de la Nación, pudo mostrar una convocatoria impresionante desde lo público y lo privado y el mensaje que bajó fue “minería ahora”.
Ese es el camino. Hay que ver si hay respuestas pronto.